La tenista canadiense Leylah Fernández (73ra) avanzó a la final del US Open (cemento/outdoor) tras vencer a la segunda preclasificada Aryna Sabalenka (2da) por 7/6(3) 4/6 y 6/4. La vencedora desplegó un gran juego en el Estadio Arthur Ashe y con solo 19 años, cumplidos durante el torneo, superó a una adversaria de mayor jerarquía y rodaje en el tour, para situarse en el cotejo decisivo programado para el día sábado.
Fernández nació en Canadá, en la ciudad de Montreal, pero tiene raíces latinoamericanas. Su padre Jorge es ecuatoriano, mientras que su madre Irene Exevea es de origen filipino y natural del país de América del Norte. El público presente en la pista central del predio Billie Jean King Tennis Center alentó a la sorprendente finalista del Major neoyorkino sin parar, situación que capitalizó al máximo, con mucho coraje para su temprana edad.
Su rival saldrá del cruce que sostendrán la griega Maria Sakkari (18va), decimoséptima favorita, y la adolescente británica de 18 años Emma Raducanu (150ma), quien proviene desde la fase previa.
Fernández debutó en una semifinal de Grand Slam y superó con creces el desafío, ganándose el boleto para la gran definición sabatina. Arrancó dubitativa en el primer set, circunstancia aprovechada por Sabalenka, que tomó la delantera por 4-1. La nacida en Quebec reaccionó rápidamente y pudo forzar el tie break, que se lo adueñó con autoridad tras remontar una desventaja inicial de 0-2.
Sabalenka pudo dominar la segunda manga a través de su mayor potencia, estirando el suspenso a un tercer capítulo. En la última recta se vio lo mejor: los duelos que sostuvieron fueron de alto nivel tenístico, la bola viajó a a gran velocidad de un lado al otro, con mucha variación de ángulos por parte de las dos tenistas. Fernández soportó estoica la presión de la europea, 4 años mayor, y llegó al décimo game 5-4 a su favor, pero con el servicio de la oriunda de Minsk.
En ese momento, Leylah buscó llevarse el partido y lo logró, apurando a una desconcertada Sabalenka, a la cual le costó exponer su experiencia cuando debía mantener su saque. Con mucho aplomo, Fernández pudo festejar el arribo al partido más importante de su corta carrera, solo le falta saber el nombre de su oponente.