Con profundo desencanto, Julio César Chávez aceptó que su hijo Omar también es víctima de un vicio quizá no tan letal como la adicción a sustancias toxicas, pero si terrible, pues ya no lo controla y requiere de ayuda inmediata.
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Hace unos días, el excampeón mundial de boxeo señaló estar preocupado por el delicado momento por el cual atraviesa su hijo Julio César después que sufrió una recaída en su lucha contra la adicción a las pastillas con las cuales controla su ansiedad.
Y es que después de haber permanecido internado durante más de un año en una clínica de rehabilitación, el peleador de 37 años emitió un par de videos en redes sociales donde se le aprecia bastante confundido y por momentos hasta presuntamente delirando sobre la posibilidad de que su familia, en un intento por despojarlo de su fortuna, contempla la posibilidad de volverlo a ingresar para que reciba algún tratamiento.
Al respecto, su padre aceptó que su primogénito sufrió un retroceso en su rehabilitación tras haber ingerido tres ansiolíticos que le provocaron una alteración de conciencia.
Sin embargo, Chávez González dejó en claro que luchará al lado de su vástago para evitar que, en un caso extremo, pudiera perder hasta la vida.
Y cuando el “César del Boxeo”, todavía trataba de asimilar el delicado momento que debía enfrentar, otro de sus hijos literalmente se le salió de control, pues su adicción a las apuestas presuntamente ya lo dejó en la calle.
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Durante una entrevista concedida al presentador de televisión Gustavo Adolfo Infante, el expeleador sonorense indicó que Omar Chávez es un ludópata, pues se dedica a apostar constantemente y sin control.
“También necesita… de su cabeza, ¿me entiendes? Tiene una pelea y no entrena, se va de huevón. Se la lleva apostando, tiene ese pinche vicio de apostar”, indicó.
Frente a dicha complejidad, Chávez no descarta la posibilidad de internar a su hijo Omar en un centro de rehabilitación.
“Es otro cabrón que también lo tengo que encerrar, porque, imagínate, no hay dinero que le alcance. Se la vive apostando aquí, apostando allá; pidiendo prestado aquí, pidiendo allá, o sea, no… La ludopatía es un pinche vicio más perro que todos”, subrayó.
Lo cierto es que Omar Chávez dejó de ser un prometedor prospecto del boxeo después de que uno de sus rivales sobre el ring perdió la vida a consecuencia de la paliza que le dio el hoy gladiador de 33 años.