Después de varios meses de haber estado ingresado en una clínica para rehabilitarse de su adicción a las sustancias prohibidas, el boxeador Julio César Chávez Jr. denunció a su familia por presuntamente pretender encerrarlo otra vez.
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Mediante un par de videos compartidos en sus cuentas de redes sociales, el atleta sinaloense de 37 años reveló haber descubierto un plan fraguado por algunos de sus familiares para quedarse con la fortuna que amasó a lo largo de su carrera.
“Me encontré un papel que me quieren meter al anexo, porque ya se acoplaron aquí en México, porque hay dinero, porque ya van a terminar un edificio que estoy construyendo, porque simplemente les conviene. A ellos no les importa mi carrera, como ya tengo millones, se conforman con repartírselos. ¿Qué tan mal puedo estar en dos semanas? Estoy súper bien. Ya me empezaron a presionar para decir cosas, porque saben que bajo esa presión empiezo a regarla”, aseguró.
Lo más controversial del asunto es que el Chávez Carrasco confesó no tener acceso a un solo centavo de sus ahorros y si desea comprarse algo, incluso para comer, debe pedirlo como si fuera un niño.
“Teniéndolo todo no lo tengo nada, ahorita no puedo ir a comprar unas papitas, tengo que ir a pedirle a mi mamá”, enfatizó.
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El peleador de quien se afirma podría reaparecer pronto en el ring también habló de lo complicado que le resulta luchar para no recaer, pues ni su esposa parece querer seguir a su lado.
“No sé a dónde duerme la mamá de mis hijos o a dónde va con ellos. Esos detalles, a veces son los que te dan para abajo”, subrayó.
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Bajo este planteamiento, la carrera deportiva, pero sobre todo la propia vida de un ser humano como Chávez Jr., podría estar en riesgo en caso de no recibir un verdadero apoyo mediante el cariño de su círculo cercano, pues él sólo pide ser respetado y sentirse querido.