Horace Grant, el compañero de Michael Jordan hasta el 1993 en los Bulls, tiene razón. Lo que vimos en “The Last Dance” de ESPN no es un documental y es un insulto a nuestra inteligencia intentar venderlo de esa manera.
Después de ver los 10 episodios, mi opinión sobre Michael Jordan, el jugador de baloncesto, no ha cambiado en lo más mínimo, pero tengo la sensación de que es más inseguro de lo que nunca hubiera imaginado.
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Debo admitir que me sorprendió saber que el logro supremo de LeBron James al entregar un título a la ciudad de Cleveland en el 2016 fue uno de los factores determinantes para desempolvar las cintas de “The Last Dance”, según Michael Walton, de NBC Sports Chicago.
Reconozco aquí y ahora que es una de las quejas que tengo con la producción. ¿Cómo puede ser? ¿Cómo podría Michael ser tan mezquino como para querer dar legitimidad a un argumento que, en mi opinión, se cerró para siempre a partir de junio de 2011 con la caída del Heat frente a Dallas?
El argumento del que estoy hablando es LeBron James y la discusión de ser “El más grande de todos los tiempos”.
Esa conversación se terminó hace casi nueve años y preferiría no escuchar más, pero como dijo el Padrino “¡Justo cuando creo que estoy fuera, me vuelven a meter!”
El punto que no quiero pasar por alto es que “MJ” en el 2016 dio crédito a todas esas afirmaciones sacrílegas de que LeBron había pasado de alguna manera a ser mejor en la historia que Magic Johnson, Kareem Abdul-Jabbar y Bill Russell (quizá cerca de Wilt Chamberlain). Sobre este asunto, estoy preparado para debatir con cualquiera, pero les advierto, entré a la discusión sabiendo que el baloncesto no comenzó en 1991.
Más importante aún, ¿por qué “Last Dance” no fue un documental real? El punto focal de la producción señala a “MJ”, quien tenía la aprobación editorial del producto, lo que significa que tenía el control total sobre la película que la audiencia, según la reportera Ramona Shelburne, de ESPN.
Horace Grant, excompañero de Michael en los Bulls, también participó en “Kap and Co.” el programa radial de ESPN 1000 en Chicago el pasado 19 de mayo y declaró: “Es su narración de lo que sucede en “Last Dance” entre comillas. Eso no es un documental porque un montón de cosas fueron cortadas y editadas…”.
En el episodio seis de “The Last Dance”, Jordan acusa a Grant de ser la fuente principal (el topo) del libro de Sam Smith, “The Jordan Rules”, debido a que Grant tiene una relación personal con el periodista. MJ definitivamente no lo sabe con certeza y es irresponsable e insensible de su parte arrojar a su excompañero de equipo debajo del autobús, sin evidencia. Lo peor de todo es que gran parte del público lo creerá porque es Michael Jordan y el hecho de que esta producción fue etiquetada como un “documental” durante muchos meses antes de su lanzamiento.
Debemos hacer estas preguntas. ¿Vamos a dejar que Michael Jordan se salga con la suya y solo conozcamos su versión de la historia?
Nuevamente, ¿cómo podemos llamarlo un “documental” cuando “MJ” fue el principal supervisor del producto? Esto está muy por debajo de los estándares del periodismo y no debemos sacrificar la integridad de la profesión solamente por reverenciar al “Jumpman”.