Los escándalos no se olvidan. El paso del tiempo sana las heridas y lo que pasó por más vergonzoso que sea se empieza a desparecer del retrovisor pero el recuerdo queda y en el momento justo no faltan quienes traen lo negativo del pasado a la conversación.
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Ahora que estamos viviendo otro Clásico de Otoño, vemos como los villanos del béisbol, los Astros de Houston, buscan redimir sus pecados y borrar de un plumazo lo hecho venciendo a los Bravos de Atlanta.
A esta altura y después de haber estado en tres de las últimas cinco Series Mundiales queda claro algo que ya sabíamos pero que el mecanismo de la trampa quizo echar al olvido, y es el simple hecho de que la novena de Houston ahora dirigida por Dusty Baker es un equipazo.
El escándalo del robo de señales o del mecanismo implementado para robar las mismas los mancha para siempre. Ganen lo que ganen, la historia les pone ese asterisco invisible de TRAMPOSOS, pese a que el robo de señales es algo tan viejo y común como el bate y las pelotas.
Pese a que no lo olvidaremos y a que las sanciones se cumplieron, pero la historia queda y será contada de generación en generación, el equipo del cubano Yordan Álvarez y del sensacional venezolano José Altuve es el digno representante de la Liga Americana en la Serie Mundial.
El béisbol ya los castigó, ellos ya se perdonaron y la gente siempre se los va a recordar de una u otra forma y es algo con lo que tendrán que vivir.
Merecido, peleado y con una gran exhibición lo hecho hasta ahora y candidatos para ganarle a los Bravos de Atlanta. Ojalá que Dusty Baker corone cu carrera con título de Serie Mundial como manager después de perderla cuando dirigía a los Giants y del batacazo que le dieron los Marlins cuando estaba con los Cubs.