París históricamente no fue ciudad referente por el fútbol, los encantos de la Ciudad Luz van mucho más allá del balón y sus protagonistas y tienen que ver con la historia y la moda entre otros.
Sin embargo con una gran inyección de dinero Qatarí, los últimos tiempos nos han permitido relacionar a la capital francesa cada vez más con el fútbol. El PSG ha pasado a ser un constante protagonista del fútbol europeo y ha dejado claro que quiere sacar patente de grande ganando la Champions.
Sabedores de que los equipos se construyen con grandes jugadores, las inversiones del PSG han sido del más alto nivel, además también se han hecho a los servicios de técnicos de gran calibre para siempre quedarse cortos.
Pese a que en su momento la llegada de Neymar generó una inmensa expectativa y se pensó que era la pieza final del rompecabezas, las cosas siguieron sin darse aunque se llegó a la final de Champions del confinamiento en la burbuja de Portugal.
Pero a París y al Parque de los Príncipes le hacía falta una impensada llegada y cuando menos se esperaba. La imposibilidad de inscribirlo de parte del Barcelona, dio vía libre a que se diera la llegada del rey del fútbol actual y mejor jugador de la historia.
Lionel Messi ha llegado a engrandecer este estadio construido en un bosque donde se divertía la realeza antes de la revolución francesa. El parque de los príncipes tiene un rey y es argentino.
Claro el tiempo dirá si el Rey Messi cumple con la tarea y termina llevándose la tan ansiada Champions, pero no cabe la más mínima duda que se hizo hasta lo que parecía imposible, traer al Rey al Parque de los Príncipes.
Ahora a pensar en cancha y a disfrutar de lo que promete ser un colectivo inolvidable. No queda otra que triunfar para el PSG.