Aunque a muchos no les guste, somos varios los que hemos creado una corriente que busca un análisis de la situación del fútbol actual y que sabe que para hacerlo, nos tenemos que liberar de perjuicios y no tener miedo a reconocer que la historia va cambiando y la relación entre el consumo y la competencia ha hecho que las jerarquías cambien.
Crecimos con la ilusión de cada cuatro años ver la fiesta del fútbol mundial. Si, la Copa Mundial de fútbol y la ruta a seguir en procesos eliminatorios apasionantes, acaparaban casi que de manera exclusiva la atención de todo el planeta. El mundo terminaba paralizándose cada vez que rodaba el balón en la cita mundialista que concluía la espera eterna de cuatro años y nos llenaba de goles y colorido durante un mes.
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Todo eso lo vivimos intensamente y siempre fue lo máximo en las épocas en que la globalización no había llegado, el internet apenas se asomaba y no llevábamos la vida en un teléfono celular.
Después llegó la Champions y ante la accesibilidad al mejor nivel del fútbol de clubes en todos los puntos del planeta, con pasos de gigante se fue convirtiendo en un Mundial de cada año, que todos empezaron a ver, que tiene jugadores de diferentes latitudes y que la afición adoptó escogiendo equipos o muchas veces simplemente siguiendo jugadores.
El fútbol y la vida van evolucionando y nosotros también lo debemos hacer sin temor a los que consideran un sacrilegio reconocer que un evento intocable pierde jerarquía ante el súper poblado calendario del fútbol y principalmente ante la capacidad del aficionado de seleccionar lo que consume con un menú mucho más extenso.
Es por eso que no me disgusta la idea para la cual está haciendo lobby incesantemente el presidente de la Fifa Gianni Infantino de llevar a cabo un Mundial cada dos años. Claro que el mundo se adaptaría y más allá de los gritos de los puristas, a vivir el torneo máximo de selecciones con más frecuencia, principalmente entendiendo que desde el 2026 con el aumento a 48 equipos, nunca será igual.
Si nos encanta y apasiona la Champions todos los años, ¿por qué no un devaluado Mundial cada dos? Bienvenidos al nuevo mundo del fútbol.