Detrás de la careta se ocultan todos los sentimientos. En 2016, Paola Pliego Lara recibió una estocada en el corazón. Considerada una de las mejores esgrimistas de México, logró su boleto a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, pero una argucia del organismo que rige al deporte en aquel país la dejó fuera de la competencia.
Right of way (derecho de paso)
La desilusión y las trabas que encontró para el desarrollo de sus habilidades en México, al no ser convocada de nueva cuenta en la Selección Nacional, la llevaron a buscar otras opciones. Uzbekistán le abrió las puertas y, a partir de 2018, la naturalizaron para que los represente en torneos internacionales.
En garde (en guardia)
Tan solo un par de años atrás, en la temporada 2013-2014, Paola Pliego terminó como la número uno del mundo en sable femenino juvenil, obtuvo 150 puntos en torneos avalados por la Federación Internacional de Esgrima (FIE). En 2015, en los Juegos Panamericanos de Toronto ganó la medalla de plata en sable por equipos, junto a Úrsula González y Julieta Toledo.
Pret (listos)
La Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade), meses antes de la inauguración de los Juegos Olímpicos de 2016, anunció que la sablista dio positivo en una prueba antidoping. En la muestra de orina encontraron “540 nanogramos de modafinilo”, una sustancia utilizada como neuroestimulante. Sus sueños, el trabajo de una vida, se quebraron.
Lunge (estocada)
Las muestras de la esgrimista fueron analizadas por un laboratorio especializado en Alemania, luego de que la FIE ordenara una investigación del caso. Concluyeron que los exámenes de la Conade se equivocaron. Pliego estaba limpia. Fue despojada de su plaza olímpica injustamente. No pudo competir en Río de Janeiro, pero fue exonerada.
Riposte (respuesta)
Paola Pliego no se quedó con los brazos cruzados. Tuvo una respuesta valiente y frontal contra la Conade, organismo a la que demandó por dejarla marginada, injustamente, de los Juegos Olímpicos de Río debido a un falso dopaje.
A cinco años de iniciar el proceso legal, el pasado 27 de abril, la Décimo Sala del Tribunal Superior de Justicia de la Ciudad de México ratificó la sentencia que se dictó a favor de Pliego, en el que la Conade deberá pagar 15 millones de pesos (755 mil dólares) para resarcir los daños a la deportista.
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“Espero que con ello reconozcan la cadena de injusticias que me impidieron asistir a los Juegos Olímpicos de Río y culminaron con no poder representar a mi país actualmente. Mi objetivo final sigue siendo que ningún atleta mexicano se vuelva a ver atrapado en una situación similar”, publicó Paola Pliego en su cuenta de Facebook.
Parry (detener)
Paola Pliego no consiguió naturalizarse a tiempo para competir en las eliminatorias de Asia y Oceanía, por ello no estará en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2021 con Uzbekistán, cuyo equipo lo conforman Malika Khakimova y Zaynab Dayibekova, en espada y sable femenil, así como Sherzod Mamutov en sable varonil.
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El palpitar de Paola Pliego aún está con México
A pesar de que ahora defiende la bandera de Uzbekistán, Pliego es mexicana, nunca ha dejado de serlo. Su corazón es tricolor en todo momento e incluso por medio de las redes sociales aplaude y celebra las conquistas de sus compañeras porque, en su alma, un triunfo de México también es un triunfo de ella.