Somos muchos los que crecimos sin darle demasiada importancia al Balón de Oro. Pese a lo que significa y que debe ser el premio mayor en el orbe balompédico, nunca fue factor determinante para quien escribe en la evaluación de un jugador. Menciono esto porque para mí hace tiempo ya, que Lionel Messi es el Rey del fútbol y el mejor de la historia.
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Desde que empezó la competencia Cristiano-Messi, ha aumentado de manera gigantesca la exposición del Balón de Oro y ahora también de The Best después de que decidieron separarse de nuevo France Football y la Fifa.
No me sorprendió, ni me parece noticia que Messi gane nada que tenga que ver con el fútbol. He venido diciendo ya por varios años que debe ser declarado fuera de concurso en cualquier galardón futbolístico.
Por eso es que el ganar su septimo Balón de Oro no es sorprendente. Es un capítulo más en la historia del Rey Messi. Si se lo hubieran dado a Robert Lewandowski, indiscutiblemente que tenía méritos y se lo merecía y además hubiera sido mucho más noticia… simplemente porqué le hubiera ganado a Messi.Reflexionando y ya en frío, es tal el nivel de importancia que ha llegado a tener Messi en la historia del fútbol, que la Copa América inclinó la balanza a su favor, algo que para definir el ganador de este premio nunca había pasado y tampoco volverá a pasar.
Son siete y pueden ser más, apenas empieza a carburar con el PSG y se viene año de Mundial en Qatar. Disfrutemos lo que queda, que debe ser poco del Rey Messi. Su grandeza es tal que es más noticia cuando pierde.