Golden State Warriors dio un golpe de autoridad. Aprovechó la ventaja de jugar en el Chase Center, su casa, y cuando los Boston Celtics pensaron que los ‘Splash Brothers’ serían de nueva cuenta sus verdugos, apareció el veterano Andrew Wiggins, quien impulsó la victoria 104-94 de la quinteta californiana, que ahora se pone 3-2 en las Finales de la NBA.
Wiggins tuvo el momento más inspirado en su trayectoria de ocho años en las duelas de la NBA. Se despachó con un doble doble de 26 puntos y 13 rebotes, mientras que Klay Thompson cooperó con 21 tantos ante una defensiva de Celtics, que se desplomó en el momento clave del encuentro.
El guardia estelar de los Warriors, Stephen Curry, tuvo una noche discreta con 16 unidades y repartió ocho asistencias, sin embargo, se puso fin a uno de sus récords, ya que se quedó en 132 partidos de playoffs consecutivos con al menos un triple y 233 duelos al hilo (incluyendo temporada regular y postemporada) con por lo menos un disparo efectivo de tres puntos.
Wiggins fue el as debajo de la manga de Warriors. En una de sus noches más inspiradas, el delantero condujo el balón, se elevó y consiguió una retacada justo a 2:10 minutos del fina del partido para ponerle su sello personal a la victoria.
Boston, maniatado ante Warriors
Por los Celtics, Jayson Tatum fue su mejor hombre con 27 puntos y 10 rebotes, mientras que Marcus Smart aportó 20 tantos a la pizarra y Jaylen Brown puso 18 tantos en el marcador para Boston. Por su parte, el dominicano Al Horford tuvo nueve puntos y nueve rebotes en el descalabro del conjunto del trébol.
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El próximo jueves se reanuda la contienda para definir al nuevo campeón de la NBA. Si se imponen los Warriors serán los nuevos monarcas, pero si Celtics logra la victoria prolongarían la serie al Juego 7 y regresarían al Chase Center el domingo.