Roger Federer (16°) encendió las alarmas entre sus millones de fanáticos, quienes esperan ansiosos su retorno al circuito, tras las declaraciones que concedió a la prensa de su país. En primer término, el tenista suizo descartó su participación en el próximo Australian Open, a disputarse del 17 al 30 de enero de 2022 en Melbourne. Pero el ganador de 20 Grand Slams fue más allá, también manifestó que no sabe si llegará a estar disponible para la nueva edición de Wimbledon, programada para mediados de año (junio/julio) en el All England.
Federer expresó que no saldrá a correr hasta enero y calcula que recién volverá a entrenarse en una pista de tenis en abril o mayo. No compite oficialmente desde el mes de julio, cuando fue eliminado por el polaco Hubert Hurkacz (9°) en los cuartos de final de Wimbledon. Posteriormente, el astro de 40 años se sometió a una nueva cirugía en su rodilla derecha, la cual fue satisfactoria. Sin embargo, los plazos de su rehabilitación se prolongan y la fecha de su reinserción en el tour es incierta. Asistió a la última Laver Cup en Boston y se lo pudo observar en el estadio movilizándose en muletas.
“No me importa si regreso en 2022 o 2023, con 40 o 41 años”, textual de Roger. A pesar de los contratiempos, el oriundo de Basilea cree que su carrera no ha concluido todavía y dijo: “Me gustaría ver lo que puedo lograr como tenista profesional”. Toda una confesión esperanzadora, aunque no sabe si podrá ganar torneos de Grand Slams.
Otra cuestión que le preocupa es la forma en que lo verán los aficionados del deporte blanco y fue directo al respecto: “Ellos se merecen una imagen mejor de la que vieron de mí en Wimbledon”. Claro y contundente Federer, pero el público quiere verlo brillar en un court de tenis nuevamente, vigente y jugando en el más alto nivel.