Puerto Rico tuvo que esperar 68 años para escuchar por primera vez su himno nacional “La Borinqueña” en unos Juegos Olímpicos cuando la tenista Mónica Puig conquistó oro en los Juegos de Rio de Janeiro 2016.
Sin embargo, la segunda presea dorada en la máxima justa deportiva del mundo no tuvo que esperar mucho cuando la velocista Jasmine Camacho-Quinn se impuso en la prueba de los 100 metros con vallas en los Juegos de Tokio 2020 para así coronar una gran temporada en las pistas.
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Un día después que dejó en el olvido el récord olímpico al registrar 12.26 en el tercer “heat” de la semifinal para dejar en el olvido la marca de 12.35 que pertenecía a la australiana Sally Peterson, la joven de 24 años y de madre puertorriqueña escribió su nombre en la historia de la pequeña isla caribeña.
Camacho-Quinn consiguió su sueño al dominar el evento con tiempo 12.37 para unirse a Puig como las únicas medallistas de oro de Puerto Rico en los Juegos Olímpicos. A su vez, su triunfo culminó una ansiosa espera de cinco años luego que fue descalificada en los Juegos de Rio 2016.
Jasmine Camacho-Quinn wins gold for Puerto Rico!@TeamUSA's @Ken_AYE_ claims the silver in the women's 100m hurdles. #TokyoOlympics
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En aquel momento, Camacho-Quinn saltó las primeras siete vallas sin problemas, pero derribó la octava y luego las siguientes para quedar así descalificada en la prueba. La imagen de la corredora llorando de rodillas en la pista entre lágrimas recorrió el mundo.
En la carrera final del martes tuvo un pequeño “flashback” cuando hizo leve contacto con la novena valla, pero ni eso detuvo su paso hacia su ajuste de cuentas y redención.
“Honestamente, cuando crucé la meta estaba como que preocupada porque le di a la novena valla y en mi mente dije: ‘No otra vez’. Eso fue lo que sentí”, indicó Camacho-Quinn en una entrevista con el diario puerorriqueño El Nuevo Día.
“Vi el tiempo en la pizarra y me molestó, pero reaccioné a sabiendas que había ganado una medalla de oro. ¡Qué importaba el tiempo! Tuve que convencerme de que había cruzado la meta primero, que tenía la medalla y que debía estar feliz por eso“, agregó.
La velocista le dedicó su triunfo a Puerto Rico y su familia, que celebró de forma emocionada su victoria en un restaurante en Sumerville, Carolina del Sur, ya que no pudieron estar en Tokio debido al cierre de los Juegos al público por las autoridades niponas debido a la pandemia del Covid’19.
“Estoy segura de que todos están muy contentos. Para un país tan pequeño esto le da esperanza a la gente y me alegra que yo haya sido quien lo ha hecho, estoy muy feliz”, declaró la puertorriqueña entre lágrimas después del evento.
Puig, quien no pudo defender su medalla de oro en Tokio por estar recuperándose de lesiones, fue una de las primeras figuras en felicitarla al emular lo conseguido hace cinco años en Rio de Janeiro.
“¡Increíble! @jcamachoquinn, eres una campeona olímpica. Sí, sí, sí. Estoy muy orgullosa de ti. ¡Felicidades!”, publicó Puig en su cuenta de Instagram junto a una foto de Camacho-Quinn con la bandera de Puerto Rico que le fue entregada por la presidente del Comité Olímpico de Puerto Rico, Sarah Rosario, momentos después de la victoria.
Poco después comenzaron a difundirse imágenes en que aparece la deportista arropada en la bandera monoestrellada y poniéndola en alto en la pista olímpica.
“Es una sensación que toma un tiempo de incredulidad, de convencerme de que acabo de ganar una medalla con mi esfuerzo. Es historia, realmente. Algo grande. Y cuando agarré la bandera dije: ‘Esta soy yo, representando’. La sensación es inexplicable”, explicó.
Cinco años de espera
Para Camacho-Quinn la conquista del oro fue el punto final de un largo y difícil camino luego de la amarga experiencia en la pasada justa olímpica. Las lesiones evitaron su participación en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquillas 2018 y los Juegos Panamericanos de Lima 2019.
Pero las estrellas se alinearon para la velocista en su camino de preparación para Tokio. Llegó a suelo japonés con 12 triunfos en sus últimas 13 carreras pruebas y con el mejor registro de la temporada en el mundo con 12.32 segundos establecido el pasado mes de abril en Gainsville, Florida. Y en Tokio no dio marcha atrás ganando su prueba clasificatoria y la semifinal, y luego la final.
Cuando subió a lo más alto del podio para recibir su presea dordada, Camacho-Quinn lo hizo con una flor de maga -la flor nacional de Puerto Rico- adornando su cabello y escuchó “La Borinqueña” entre lágrimas.
Hace cinco años sus lágrimas fueron de dolor, frustración y decepción en un abarrotado estadio Olímpico de Río de Janeiro. Ahora esas lágrimas fueron de felicidad por una medalla de oro consagratoria que una vez más coloca a Puerto Rico en el mapa deportivo con su nueva reina olímpica.
“La mejor marca del mundo en la semifinal y la final. El país se lo merece”, indicó Rosario. “Es tiempo de nuestros atletas. Es una gran hazaña la que ha logrado Jasmine. Recordar cinco años atrás, cuando tropezó con la valla que me le acerqué, lo tengo grabado, me dijo: ‘yo la perdí esa medalla, era mía’. Verla hoy lograr su sueño, ¡Increíble!”.