El Barcelona vivió una debacle histórica con la derrota más abultada jamás vivida por los culés en Europa (2-8). El Barcelona fue arrollado por el Bayern de Múnich y se notó en las sensaciones y en el ambiente, una necesidad de renovación total desde dentro del club. Debe haber cambios en plantilla, banquillo y directiva. Es decir, una revolución de club y no solo de equipo.
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El FC Barcelona fue superado en todas las facetas del juego por el Bayern de Múnich de Flick. Antes del partido los bávaros parecían llevar el cartel de favoritos por sensaciones.
Pero lo que se vivió anoche no fue esperado por ninguna de las dos partes. Un Barcelona apático y sin carácter contra un Bayern que sí ha sabido renovarse tras las marchas de Robben y Ribery, entre otros. La ‘paliza’ del Bayern pasará a la historia y ante algo así solo cabe esperar una reacción por parte de los culés: cambios y renovación. No es la primera vez que algo así les ocurre en Europa y la estructura del club debe cambiar para poder volver a luchar con los clubes punteros del viejo continente.
Ya se han acabo los comodines de este Barcelona que ha construido Bartomeu. El equipo no está para pelear con los ‘todopoderosos’ de Europa y como dijo Gerard Piqué, el club “ha tocado fondo”. Así, los cambios tienen que llegar en todas las direcciones para darle un nuevo aire al club que ilusione a los aficionados.
Empezando por la plantilla, el club debe asumir que hay jugadores que a pesar de haberle dado mucho al Barcelona, ya no están para competir por los objetivos del Barça.
Hablamos de los Luis Suárez, Piqué, Busquets o Rakitic. El central de hecho admitía que estaba dispuesto a “dar un paso al frente” en el caso de que hiciese falta “sangre nueva”. El Barcelona debe asumir cuanto antes que no puede vivir del pasado con estos futbolistas y que no tienen cabida para pelear con los mejores de Europa hoy por hoy.
Eso sí, hablamos de jugadores que han dado mucho al Barcelona y merecen a buen seguro un reconocimiento a la altura de su rendimiento estos años. Pero como todo en la vida, todo tiene su comienzo y su final, y el de estos jugadores ha llegado.
Setién y su cuerpo técnico no han sabido dar con la tecla para que este Barcelona sea competitivo. A pesar de tener jugadores que hoy por hoy, puede que no den la talla ante desafíos como el de anoche, el equipo tenía ayer un equipo de calidad con el que se podía al menos intimidar al Bayern. Messi, Griezmann, Suárez, Ter Stegen, De Jong, Jordi Alba…
No faltaba ningún jugador indiscutible. No obstante, el Barcelona no consiguió ni arañarle la armadura a los bávaros. El equipo no tiene una idea de juego fijada y no ha competido en las grandes citas, por lo que el banquillo del Barcelona tampoco se salva y ha de renovarse.
Por último el Barcelona también ha de vivir cambios como club. No puede ser que un club en el que la cantera ha dejado huella en el fútbol mundial y desplegado un fútbol jamás visto, apenas tenga peso hoy en día.
Se ha de apostar más por los de la casa, ya que es el sello de identidad del club. Asimismo, por mal que juegue el equipo, ningún jugador decide en materia de fichajes.
Es por eso, que los 120 millones pagados por Dembélé, 150 por Coutinho, 120 de Griezmann y etc. son responsabilidad del club. Como en todos los aspectos de la vida, toca reinventarse y a diferencia de muchos clubes (el Bayern, precisamente) la directiva del Barcelona no ha sabido fraguar una renovación que es siempre necesaria. Por consiguiente, las elecciones a la presidencia y directiva del club no se deberían hacer esperar más.