A sus 61 años, Enrique Setién Solar —mejor conocido como Quique Setién— puede presumir lo que muchos técnicos del mundo sueñan, pero que solo los más capacitados consiguen, asumir la dirección técnica del Barcelona.
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El 13 de enero, el entrenador originario de Santander arribó a la sede del conjunto catalán y un día después fue presentado ante un numeroso grupo de los medios de comunicación que insistentemente trataron de cuestionarlo frente al compromiso heredado por su antecesor Ernesto Valverde quien le dejó al equipo compartiendo el liderato de LaLiga con 40 unidades.
Desde ese momento, muy a su estilo de fiel aficionado al ajedrez, Setién comenzó a estudiar cada una de las piezas que tenía en su tablero antes de realizar cualquier movimiento que le permitiera salir airoso en sus partidos.
Luego de 100 días de ardua labor, el actual técnico del Barça no sólo ha logrado sobreponerse a las lesiones de varios cracks en el equipo —como es el caso de Luis Suárez, Dembélé, Arthur, Alba, Neto y compañía —, sino que, además ahora el equipo tiene más posesión de balón en el terreno de juego y aunque todavía no logra su máximo nivel competitivo ya figura como líder general de la clasificación sacándole dos puntos de ventaja al Real Madrid.
Ocho victorias, un empate y tres derrotas, son la tarjeta de presentación de un modesto, pero eficaz entrenador que ha sabido manejar a un complicado vestidor liderado por Lionel Messi.
Con el fútbol mundial prácticamente detenido debido a la pandemia de coronavirus, el tiempo parece ser un buen aliado para Quique Setién quien probablemente ya detectó en lo que debe mejorar una vez que el balón vuelva a rodar en España, todo ello ante la ola de rumores sobre la posibilidad de que Xavi Hernández podría convertirse en su reemplazo.
Sin embargo, lo único seguro es que en el torneo nada está definido todavía, pero si el Barça termina siendo campeón quizá su modesto entrenador podría extender su permanencia.