El viernes 10 de junio de 2022, un juez federal prohibió de forma definitiva los espectáculos de tauromaquia en la Plaza México, el recinto más grande del mundo en su categoría. El hecho levantó diversos puntos de vista en todo el país acerca de las corridas de toros.
Jonathan Bass fue el juez que concedió la suspensión definitiva de las corridas de toros en la Plaza México, después de meses en disputas legales y tras un amparo que promovió la asociación civil Justicia Justa al acusar que el trato a los toros corrompe el derecho a un medio ambiente sano.
“La concesión de la suspensión definitiva no vulneraría el orden público ni afectaría el interés social sino que, por lo contrario, permitiría que las autoridades ejercieran sus facultades legales para evitar la contravención al derecho a un medio ambiente sano que ocasiona la muerte injustificada, los tratos crueles y los sufrimientos innecesarios de los toros de lidia […] Bajo esa lógica, lejos de constituir una afectación a la sociedad, generaría un beneficio no solo a las partes del presente juicio sino a todas las personas que vivan en la Ciudad de México y su entorno adyacente con independencia de la postura ideológica que profesen acerca de las actividades taurinas”, reza el comunicado hecho por Bass.
No obstante, los aficionados a la tauromaquia y los directivos de la Plaza México han levantado la voz en defensa de un “espectáculo que forma parte de la cultura mexicana”. De igual manera, el martes 14 de junio, el Décimo Tercer Tribunal Colegiado en materia Administrativa en la Ciudad de México admitió la impugnación contra la decisión de Bass por parte de Claudia Sheinbaum, Jefa de Gobierno de la capital mexicana.
“Ni en contra ni a favor, sencillamente lo que diga la ciudadanía”, dijo Sheinbaum ante la propuesta de una consulta ciudadana para decidir el futuro de las corridas de toros. De igual manera, dijo que la impugnación fue hecha ‘por trámite’ y que su administración no continuará con el proceso, sino que esa parte será responsabilidad de la Plaza México y sus directivos.
Además, el 4 de septiembre de 2019, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, durante su conferencia matutina, también se pronunció sobre el tema, prácticamente una copia a la postura de Sheinbaum: “son temas polémicos. Por eso, creo que hace falta la reforma al artículo 35 de la Constitución para que el ciudadano tenga esa posibilidad de decir ‘yo necesito que se consulte sobre este tema”, sentenció el mandatario.
Ahora, con la discusión más viva que nunca, el futuro de la lidia en México parece estar en un limbo. Cada día hay más amparos, denuncias y recursos de ambas caras de la moneda para defender sus ideas y no parece que el futuro sea claro.
¿Cultura o deporte? ¿Arte o tortura? Cada quien puede contestar este par de preguntas de distinta manera.
La tauromaquia en México y el mundo
El arte de lidiar toros tiene sus orígenes en España durante la edad de bronce. Los primeros escritos que relatan los eventos datan del año 1455, donde la realeza era al encargada de demostrar su valentía frente a un toro bravo. Con la expansión del Imperio Español, esta práctica fue haciéndose común en otros sitios del mundo.
En México, la tauromaquia es tan antigua como el mismo país. Se habla de que el primer registro de un evento con estas características se dio en 1526 como un acto de reverencia a Hernán Cortés y, a partir de ese momento, el arte de los toros llegó para quedarse.
Hoy en día son ocho países en el mundo que permiten las corridas de toros: España, Portugal, Francia, México, Venezuela, Ecuador, Colombia y Perú. Incluso en el país azteca se está buscando, desde hace años, la inclusión de este arte como parte del patrimonio de la humanidad en la UNESCO.
No obstante, México no ‘aprueba’ totalmente este tipo de eventos. Por ejemplo, el diario Reforma publicó una encuesta en la que el 59% de una muestra de 500 personas se manifestó a favor de prohibir las corridas de toros en el país, en contra de un 31%. Así, a día de hoy, los estados de Sonora, Guerrero y Coahuila han prohibido las corridas, mientras que en Aguascalientes, Tlaxcala, Hidalgo, Querétaro, Zacatecas, Michoacán y Guanajuato, la situación es distinta, pues ha sido denotada como bien cultural.
Dos caras de la moneda
Los defensores de la tauromaquia lo ven como un ejercicio de libertades fundamentales; la cadena de valor y la derrama económica que genera; su preservación como bien cultural e identitario; y la defensa del toro de lidia como especie.
Acorde al estudio del año 2016 por parte de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SAGARPA), la tauromaquia representa una valor económico anual de 5,541 millones 40 mil 491 pesos mexicanos. De igual manera, generó 816 millones 834 mil 747 pesos en impuestos.
“Si generas empleos, tienes una cuestión cultural, de libertad, ecológica, de bienestar del animal, no pu edes prohibir la fiesta de toros porque simplemente no te gusta” – José Saborit, director de Tauromaquia Mexicana.
Ahora bien, el promedio de costo de un toro oscila los 47,000 pesos, mientras que un novillo se aproximaba a los 28,000. Esto significa un ingreso de aproximadamente 124 millones de pesos e ingresos para las ganaderías, 257 en todo el país. Además, Tlaxcala es el estado con más ganaderías (con 37), donde la vida de muchas familias depende del espectáculo taurino. El mismo estudio dicta que cada ganadería da trabajo a siete personas, en promedio, y que por cada peso de inversión, 12 son generados con la venta de animales.
❓¿Conoces el impacto de la tauromaquia en nuestro país?
🐂 La fiesta brava es arte, cultura, tradición y también un importante sustento para miles de mexicanos 🇲🇽 pic.twitter.com/5Ev8BIJoUn— La Plaza Mexico (@LaPlazaMexico) June 6, 2022
Por otra parte, están los individuos y asociaciones en contra de la práctica de la lidia. Su principal argumento es que el sufrimiento de un animal no debería ser considerado parte de la cultura, ni de México ni de ningún otro país. Así, Gustavo Larios, presidente de la Asociación Mexicana por los Derechos de los Animales comenta que “lo único que mantiene a las corridas de toros es la necedad de personas que quieren seguir manteniendo esto, que tienen la fuerza económica como para hacer corridas aunque estén perdiendo dinero. Ya no es negocio”.
Además, Larios es férreo en contra de los argumentos contrarios: “no existe una argumentación lógica que sustente una tortura a los animales por espectáculo. Está superado desde hace muchos años en la mayor parte de los países del mundo. Es diversión a costa de la muerte y el sufrimiento de un ser vivo. Además, el impacto de las ganaderías en la contaminación ambiental es brutal”.
Del lado contrario aparecen personajes como Enrique Hernández Vázquez, periodista taurino, quien comparte que los toros “mueren porque no se pueden usar para otra cosa después. Los que son indultados vuelven al campo, se componen y viven como reyes el resto de su vida”, con especial mención a que el toro es el único animal que puede ser indultado gracias a su carga genética, a la historia, evolución y una forma de honrar al ejemplar.
Saborit termina diciendo que “los animalistas somos nosotros. Estamos a favor del cuidado, de la procreación, de la perpetuidad de esta raza. No conocemos a ningún anti-taurino que cuide y que alimente e invierta para cuidar al toro de esta forma”.
Resumen de posturas
Por el lado de los taurinos, encontramos los siguientes puntos como defensa de su actividad:
- Es un bien cultural, parte de la identidad nacional.
- Manifestación artística.
- Valor económico que asciende los 5 mil millones de pesos.
- Sin la actividad, el toro de lidia se extinguiría.
- El toro no tiene la capacidad de asimilar el sufrimiento; el proceso cognitivo inhabilita el dolor en la lidia.
- Honran al animal en el ruedo y “sacarlo” de una vida en el rastro.
En el polo contrario, las posturas de los “animalistas” y activistas que buscan la prohibición de las corridas son, básicamente, las siguientes:
- Las tradiciones y la sociedad evolucionan.
- Los derechos de los animales se tienen que hacer valer y alguien debe velar por ellos.
- No existe negocio en la tauromaquia.
- El toro de lidia es una especie existente por sí misma, no hay riesgo de extinción.
- Crueldad y tortura.
- Nada legitima la tortura de otro ser vivo.
No parece que el tema tenga una resolución definitiva pronto debido al empuje de las contrapartes y el significado que tiene para ambas. Será un tema que seguirá dando de qué hablar los siguientes meses, o incluso años.