Durante la edición 126 de Roland Garros se vivió uno de los momentos más vergonzosos desde que el torneo de tenis comenzó a disputarse.
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En el duelo de cuartos de final, el danés Holger Rune, clasificado en el sitio 40 del ranking ATP, enfrentó al noruego Casper Ruud, quien se ubica en el octavo lugar de dicha clasificación.
Después de haber ganado el primer set y perdido en segundo, Rune comenzó a derrumbarse en el tercero de tal manera que en medio de un descanso empezó a gritar hacia las gradas con furia exigiéndole a su madre que se retirara del estadio Philippe Chartier.
“¡Afuera! ¡Afuera!”, fueron los reclamos del danés y a la mujer a quien todos los presentes dirigían sus miradas no le quedó más remedio que levantarse de su lugar para tranquilamente dirigirse hacia la salida del inmueble deportivo.
Sin embargo, lejos de mejorar, Holger Rune terminó siendo derrotado por su rival por parciales de 6-1, 4-6, 7-6 (2) y 6-3.
Minutos después, en conferencia de prensa, Holger Rune intentó justificar lo que a todas luces fue un berrinche injustificable pese a sus 19 años.
“Quiero mucho a mi madre, yo no la eché de la pista. Cuando estoy frustrado necesito que me dejen, no puedo estar escuchando a mi madre y mi entrenador.
No buscaba específicamente que se fuera, en el partido con Stefanos también se marchó. Ella sabe cómo darme paz”, señaló el danés.