La tenista Althea Gibson es, sin duda, un ejemplo que marcó un antes y un después para la comunidad afroamericana dentro del deporte aún sin querer serlo; su labor y su intenso esfuerzo, la llevó a conquistar 10 campeonatos consecutivos en plena época de la segregación racial en Estados Unidos.
- LEER MÁS SOBRE: El tenis tiene un antes y un después: Serena Williams
Althea nació en el estado de Carolina del Sur en 1927. Su familia, como muchas familias afroamericanas de la época, trabajaba con el algodón hasta que una sequía les obligó a buscar un nuevo lugar para vivir.
La familia Gibson encontró su lugar en Nueva York, donde Althea comenzó a jugar Paddle Tenis, disciplina en la cual fue destacando rápidamente hasta convertirse en la campeona en su ciudad con tan solo 12 años.
Su talento la llevó a ser invitada a jugar tenis en las canchas de Harlem River. Sin embargo, debido a la doctrina jurídica conocida como “Separate but equal” (separados pero iguales), la cual permitía la segregación racial de lugares públicos y privados.
Althea Gibson solo podía competir en torneos organizados por la Asociación Americana de Tenis (ATA, por sus siglas en ingles), un organismo creado por población afroamericana para impulsar a deportistas de raza negra, pues se les impedía jugar en las competiciones oficiales como el Campeonato Nacional de Estados Unidos (hoy conocido como el Abierto de Estados Unidos).
“No promuevo consistentemente ninguna causa. Ni siquiera la de los afroamericanos en Estados Unidos”. -Althea Gibson.
La importancia histórica de Althea Gibson
Si bien, actualmente las jugadoras y jugadores de tenis puedan competir en cualquier torneo sin importar su raza, es importante recordar, que no siempre fue así, y que es fruto de la lucha que por varios años se llevó a cabo para conseguirlo.
Althea es principalmente recordada por ser una jugadora de raza negra, y no simplemente por ser una gran jugadora de tenis, privilegio que sí tienen otros jugadores y que ella siempre deseó.
“Solo espero haber logrado una cosa: Ser un orgullo para el tenis y para mi país”.
-Althea Gibson.
Su leyenda comenzó a los 14 años, cuando venció a una jugadora de tez blanca en la final del Campeonato de Nueva York, un torneo organizado por el club donde Althea jugaba a menudo.
En 1950, después de dominar los torneos exclusivos para jugadoras afroamericanas, Althea Gibson participó en el Campeonato Nacional de Estados Unidos.
Un hito total, la jugadora de Carolina del Sur que tuvo que migrar a Nueva York estaba rompiendo la “barrera del color”, pues además de ser la primera mujer afroamericana en jugar en un torneo oficial de Grand Slam en la historia, estaba venciendo nada menos que a la actual campeona de Wimbledon, Louise Brough, en la segunda ronda del campeonato.
A pesar de esto, solo tenía una cosa en mente, GANAR. No para demostrarle al mundo que las mujeres negras también podían jugar tenis, ni para ganarse el respeto de su rival o de quienes manifestaban su racismo desde la grada. Ella quería ganar por y para sí misma.
“Creo que ya tengo lo principal que siempre quise, que es ser alguien, tener una identidad. Soy Althea Gibson, la campeona de tenis. Espero que me haga feliz”. -Althea Gibson.
Estaba a punto de lograrlo. Con un marcador de 1–6, 6–3, y 7–6, Althea necesitaba ganar un set más para vencer a Louise Brough. Sin embargo, el partido se canceló debido a la lluvia. La mañana siguiente, Althea fue vencida en 11 minutos por Brough. Un año después, sería también la primera mujer afroamericana que jugó en Wimbledon.
En los años posteriores, siguió compitiendo en el más alto nivel del tenis mundial. Entre otros trofeos, ganó el Roland Garros 1956, Wimbledon 1957 y 1958, y Estados Unidos 1957 y 1958. En la rama de dobles femeninos ganó el Roland Garros 1956, Wimbledon 1956, 1957 y 1958 y Australia 1957; además del Campeonato Nacional de Estados Unidos en la modalidad de dobles mixtos.
A la par de todo esto, Althea Gibson jugó en los torneos realizados por la ATA, y logró 10 títulos consecutivos entre 1947 y 1956.
Después de su carrera como tenista, Althea decidió jugar profesionalmente al golf, participando en el LPGA Tour, torneo oficial de la Asociación Profesional de Golf de Mujeres (LPGA), desde 1964 hasta 1978, resultando 27.ª en la temporada 1966, y finalizando segunda en el Abierto de Columbus de 1970.
Althea falleció a la edad de 76 años, el 28 de septiembre de 2003. Inevitablemente será recordada por su influencia en la lucha por la igualdad racial en el deporte. Sin embargo, ella siempre quiso ser recordada por su gran talento en el tenis, y no por ser la mujer afroamericana que pudo jugar con los blancos.
“Creo que he hecho lo suficiente por los deportes, y me he hecho un nombre suficiente como para merecer algún tipo de respaldo; la mayoría de las otras chicas lo tienen”. -Althea Gibson.