Mike Tyson, ex-campeón mundial de 56 años, alcanzó la fama en la categoría de los pesos Pesados, pero la oscuridad que siempre lo ha acompañado a lo largo de su existencia pudiera representarle hasta el doble de edad.
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Quien lo bautizó como “Iron Mike” no se equivocó, pues un ser humano como Tyson ha sido capaz de resistir prácticamente todos los golpes que le ha dado la vida dentro y fuera del ring, pues en unas ocasiones lo ha puesto en la miseria y en otras lo ha colocado en los cuernos de la luna, pero cuando más confiado ha estado, al bajar la guardia, lo ha enviado a la lona.
No obstante, el corpulento gladiador afroamericano siempre está de vuelta para demostrar que es un ser a quién solo la muerte logrará noquear de manera definitiva.
Mike Tyson y la soledad, su fiel compañera
Si bien es cierto que Mike Tyson estaba predestinado para triunfar en el boxeo, prácticamente siempre permaneció carente de la figura de un padre que pudiera guiarlo por la vida.
Si bien en su acta de nacimiento figura el nombre de Percel Tyson como su padre biológico, nunca existió contacto entre ambos y Michael Gerard Tyson creció únicamente con la figura de una madre superada de responsabilidades ante la pobreza extrema en que vivía su familia.
Carente de un mentor, Tyson terminó en prisión a muy temprana edad y sólo la fuerza de sus puños lo sacó adelante de la mano de Cus D’Amato, quien detectó su valía y lo supo llevar hasta debutarlo como profesional, el detalle es que el mentor putativo de Mike murió en 1985, cuando su pupilo apenas tenía 11 combates a sus cortos 19 años.
A partir de ese momento, aunque la carrera del temido golpeador fue en ascenso, no hubo quien lo orientara y a la par de sus triunfos también se fortalecieron sus adicciones al alcohol, así como a la cocaína.
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Marioneta del boxeo
Juguete de moda de los promotores del boxeo, durante muchos años a Tyson le solaparon todos sus episodios ligados a sus adicciones y el propio ex-boxeador sacó a la luz recientemente que, con la orina de otra persona, él evadió una y otra vez los controles de antidoping.
Aunque era un secreto a voces que el mismo vencedor de sus combates sobre el ring estaba perdiendo la batalla en contra de las adicciones, nadie se atrevió a tratar de comprobarlo ni mucho menos de ayudarlo.
A la par de que el peleador se encumbró ganando dinero a manos llenas, el círculo de personas a su alrededor se beneficiaron de su imagen e incluso de su fortuna, la cual poco a poco se esfumó dejándolo arruinado.
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Tormentosa existencia
En el terreno personal, la vida de Tyson también era un desastre, tres matrimonios desechos, la pérdida de una hija de cuatro años, y una acusación de violación que lo mandó a prisión, son fiel reflejo de una desordenada vida.
Resultado de esta hecatombe moral y espiritual, el ex-campeón de mundo volvió a terminar casi en la miseria, pero lejos de quedarse con los brazos cruzados buscó la manera de resurgir apoyado de la imagen que le generaron los medios de comunicación.
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A través de su participación en campañas publicitarias y mediante su visión de impulsar la venta de cannabis de manera legal, Mike Tyson ha logrado amasar un patrimonio estimado en 10 millones de dólares, el cual si bien no se compara con la fortuna que derrochó, le permite vivir cómodamente sólo en espera de la muerte, como él mismo lo ha dicho.