El talento de Sasa Cursic para conducir el balón en el mediocampo y orquestar los ataques de los clubes donde militó, contrastaron con la bestia en que se convertía llegada la noche, cuando su debilidad por el destampre, el alcohol, las drogas y las mujeres, lo fueron sepultando hasta convertirse en un auténtico guiñapo.
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Originario de Belgrado, Cursic tuvo una infancia siempre acompañada de la pobreza que a su familia le significó vivir continuamente en el domicilio de piadosos parientes, pues nunca tuvieron el dinero suficiente para hacerse de una casa ni tampoco para mandar a la escuela a sus integrantes.
De hecho, Sasa sólo alcanzó a completar su educación primaria y pese a que todo apuntaba a convertirlo en trabajador de alguna factoría, el destino le tenía preparado otros planes gracias a sus enormes condiciones futbolísticas mostradas a su corta edad.
Talento nato
Si bien es cierto que sus padres trataron de impedir a toda costa que practicara fútbol, él siempre encontró la manera de escaparse para irle a pegar al balón en los equipos donde lo invitaban a participar.
Conforme crecía, Cursic se convenció de que podía aspirar a un sitio en el fútbol y aunque se menciona que emigró a Francia para integrarse a la cantera del A. S. Cannes, donde incluso se menciona que llegó a opacar a Zinedine Zidane, nunca le dieron la oportunidad de debutar con el primer equipo y eso lo obligó a regresar a su país, donde cumplió su sueño con el OFK Beograd.
El Reino Unido y sus demonios
Después de dos años, el mediocampista serbio pasó al Partizán y un par de temporadas más tarde se le presentó la oportunidad de emigrar a la Premier League, donde tuvo todo para brillar con los clubes Bolton, Aston Villa y Cristal Palace. Sin embargo, su debilidad por la fiesta provocó que en cada uno de esos equipos lo fueran relegando incluso por temor de que arrastrara a otros de sus compañeros un punto de vicio que generalmente no tiene retorno.
La inmadurez de Sasa Cursic se proyecta en el derroche de todo el dinero que ganó en noches interminables sumergido en centros nocturnos ingiriendo alcohol y drogas, sosteniendo sexo con mujeres de una sola noche e incluso hasta organizando fiestas en un autobús de dos pisos que compró para tener su propio burdel rodante.
.@sasacurcic10 dancing at full time #cpfc 🔥🍫 pic.twitter.com/gqs2BDNOBF
— Rachel May (@rachelmay1990) April 10, 2017
La estrella que se apagó
Por si fuera poco, en la última etapa de su corta carrera jugó un semestre en la MLS con el MetroStars donde se hizo amigo de Dennis Rodman, ex-basquetbolista de la NBA
Aunque después de una destrampada aventura en Estados Unidos, Sasa Cursic fichó para el Motherwell de Escocia, pero nada cambió y después de cinco partidos disputados él mismo le anunció al mundo su retiro a los 29 años.
“Me retiro del fútbol para dedicarme a fornicar. No voy a fichar por ningún otro equipo, aunque me ofrezca 15 millones de dólares. La única opción de que me fichen es si me ofrecen 15 mujeres procedentes de todos los rincones del mundo para hacerlas felices y satisfacerlas como nunca antes las han satisfecho”, señaló en medio de su loca visión del mundo.
Alejado de las canchas sólo fue cuestión de tiempo para que el mediocampista serbio tocara fondo hasta vivir casi como un indigente y rodeado de deudas, ocasionalmente salvado por su generosa hermana que siempre estuvo al pendiente para acogerlo y darle de comer.
“En mi mejor momento yo era como Best, un driblador, un artista. Yo también gasté mi dinero en mujeres, coches deportivos y alcohol… Estoy de acuerdo con él en que… ¡el resto lo desperdiciamos!”, confesó.
Cuando se dio cuenta de los errores cometidos en su juventud y al ver que otros de sus compañeros de generación consolidaron su carreras, Cursic contempló la idea de suicidarse.
“Mi único pensamiento era que me trajeran una pistola para matarme”, rememoró.
Encuentros de alcoba y Big Brother
Entre algunas locas de sus anedoctas el exfutbolista recordó hace poco algunos encuentros de alcoba que llegó a sostener con celebridades.
“Naomi Campbell era fan del Crystal Palace. Fue genial en la cama, pero era un desastre, como todas las modelos. Hice el amor en la piscina con Carmen Electra durante horas. Ella fue la mejor en la cama y la mujer más loca que he conocido”, afirmó.
En medio de su miseria, Sasa Cursic recibió la oportunidad de participar en el reality show Big Brother serbio, donde resultó ganador en 2007 y con el dinero obtenido saldó sus cuentas.
No obstante, volvió a recaer en el acohol hasta que en 2018 le ofrecieron entrenar a jóvenes talentos en una academia serbia y fue entonces que pareció centrarse incluso para escribir sus memorias.