La exageración de sacar ventaja a como de lugar cuando juegas de local parece haber llegado a su fin. Al menos es lo que queremos pensar después de haber visto las bochornosas imágenes del miércoles pasado en el partido entre Estados Unidos y Honduras.
El partido se disputó en el Allianz Field que se encuentra en la ciudad de Saint Paul muy cerca de Minneapolis en el estado de Minnesota a una temperatura de -19ºC (-2ºF) y una sensación térmica de -30ºC (-22ºF). Algo nunca antes visto en la CONCACAF.
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La razón de llevar este partido a tan hostil clima obedecía a la absurda obsesión de hacer todo para que el equipo local tenga una superioridad en la cancha. ¿Era necesario que el segundo lugar en la tabla llevara a tales extremos al último lugar en la eliminatoria? Absolutamente no.
El entrenador de Estados Unidos, Greg Berhalter, fue más allá en la conferencia de prensa y justificó esta decisión.
“Nosotros vamos a esos países con temperaturas de 32ºC (90ºF) y 90% de humedad insoportable. Allí los jugadores se deshidratan, tienen calambres y agotamiento. Es la naturaleza de la competencia”, declaró al final del partido.
More first half goals than Minnesota has degrees ???? pic.twitter.com/fQb3mLC9Uq
— U.S. Soccer MNT (@USMNT) February 3, 2022
Seguramente fue un error el omitir que el partido ante de Honduras en San Pedro Sula disputado en esta eliminatoria fue a las ocho de la noche en un horario en el que nadie puso su vida en riesgo.
El portero hondureño Luis López y el delantero Romell Quioto no pudieron salir al segundo tiempo debido a que ambos mostraban signos de hipotermia siendo el portero el más perjudicado. La condescendencia de Berhalter no pudo ser mayor al afirmar que ellos le dieron a la selección hondureña y a los árbitros la ropa necesaria para estar a salvo.
No quisiera nunca ir al zoológico con el señor Berhalter seguramente me llevaría a la jaula del León, pero me prestaría un palo para que me protegiera. Me sigo preguntando porqué no reconoció su responsabilidad en haber puesto en riesgo la integridad de los jugadores.
La FIFA y la CONCACAF no pueden permitir que esto se vuelva a repetir. No todo es válido en el fútbol. Este es el más claro ejemplo. Los directivos y los entrenadores deben de entender que es igual de perjudicial para sus jugadores.
Yo creo que sí va a cambiar algo en las eliminatorias. No se puede seguir con la política de ‘ojo por ojo’ porque todos nos vamos a quedar tuertos. Alguien tiene que romper esta dinámica y Estados Unidos que siempre ha querido navegar con la bandera de ser justo con todo el mundo perdió una oportunidad de oro para poner el ejemplo. Fue un papelón histórico.