La directiva del Monterrey decidió no renovar a Rodolfo Pizarro y en el Inter Miami tampoco pretende contar con sus servicios, así que sin equipos interesados ahora entrena solo en espera de que le surja alguna oferta de trabajo antes del cierre de fichajes en el mercado invernal.
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Después de militar en tres de los clubes mejor pagados de México, como es el caso de Pachuca, Guadalajara y Monterrey, además de jugar en la MLS con el Inter Miami, al mediocampista originario de Tampico Madero parece que se le han cerrado las puertas del balompié.
Por encima de su potencial futbolístico que llegó a desarrollar desde su debut profesional en 2012, fuera del terreno de juego algo les incomodó a los técnicos que lo han dirigido incluso en la Selección Mexicana y a sus 28 años pareciera que nadie desea contar con sus servicios.
Extraoficialmente se habla de que el futbolista es inmaduro, que le agrada la fiesta y que tiende a dividir al vestuario con sus poses de grandeza adoptadas, pero frente a los medios de comunicación quizá por política pocos abordan el tema.
Sin embargo, desde que salió de las Chivas en 2018 se comenzó a hablar del tema, pues inexplicablemente la directiva tapatía decidió desahacerse de una pieza bastante valiosa en la cancha, pero quizá no fuera de ella.
Años después, en Miami ocurrió algo similar, pues estando el equipo necesitado de futbolistas de elevado nivel se optó por devolverlo al fútbol mexicano, donde ni el propio Víctor Manuel Vicetich logró resucitarlo en Monterrey.
Desde el caso de Ángel “Pleititos” Reyna, hoy retirado de las canchas, no había vuelto a aparecer un futbolista tan complicado de manejar por lo equipos mexicanos hasta que surgió Pizarro.
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Lamentablemente, su caso se suma al de muchos otros más cuya calidad futbolística resultó inferior al manejo de su personalidad lo cual les impidió trascender la línea entre lo burdo y lo excelso en el balompié.
Por el momento, resulta controversial enterarse de que Pizarro entrena en las instalaciones del Tampico Madero, un club de la división de Ascenso y bajo la mirada de un preparador físico contrado por él para tratar de mantenerse en forma por si acaso otro equipo vuelve a confiar en sus servicios.
De cualquier manera, desde años Rodolfo Pizarro ya tiene asegurado el porvenir, pues ha ganado mucho dinero producto de sus tranferencias de un club a otro y del salario conseguido.
