La llegada de uno de los mejores jugadores de la historia al fútbol de Arabia Saudita, como lo es Cristiano Ronaldo, ha provocado una inversión fuerte en muchos equipos de la Saudi Pro League.
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Históricamente los qatarís y saudís no se llevan especialmente bien, tras el mundial de Qatar 2022 Arabia Saudita quería crear su propio camino para una candidatura al mundial de 2030 junto con Egipto y Grecia, sin embargo, los saudís ya se han enfocado en otro rubro.
Nacionalización de la liga
El PIF (Public Investment Fund) es el fondo soberano de Arabia Saudita, un fondo de inversión que pertenece al estado y utiliza fondos públicos. Actualmente, cuenta con 620,000,000,000, lo que lo convierte en el séptimo fondo soberano más grande del mundo. El PIF tiene inversiones en diversas empresas, como Disney, Uber y Boeing.
En el contexto del fútbol saudí, el PIF adquirió el 75% de los cuatro grandes clubes de Arabia Saudita, mientras que una ONG posee el 25% restante de los respectivos clubes.
Los cuatro clubes mencionados son:
- Al-Hilal
- Al-Nassr
- Al-Ittihad
- Al-Ahly (no confundir con el Al Ahly de Egipto)
Esta situación se asemeja a si el gobierno de Inglaterra asumiera el control del Manchester United, Liverpool, Chelsea y Arsenal.
Con esto en mente, el gobierno tiene influencia sobre estos cuatro clubes y se rumorea que están buscando fichar a jugadores de renombre mundial, como Hakim Ziyech, Kalidou Koulibaly, Wilfried Zaha, Heung-Min Son, Thomas Partey, Hirving Lozano, Jordi Alba, Edouard Mendy, Romelu Lukaku, Riyad Mahrez, entre otros. Es importante tener en cuenta que algunos de estos fichajes son solo rumores y la confirmación de las transferencias puede variar.
Aparte de tener a conocidos como Cristiano Ronaldo, Karim Benzema, N’golo Kanté y Rubén Neves.
La diferencia con la inversión que hubo en China hace unos años, es que el gobierno chino solo incitaba como fichar jugadores, mientras en Arabia Saudí ellos se encargan de la gestión del club.
Sport Washing
El término “Sport Washing” se utiliza para describir el fenómeno en el cual países con leyes conservadoras o con relaciones complicadas con otras naciones intentan mejorar su imagen invirtiendo en el deporte y presentándose como altruistas y modernos.
Este concepto se remonta a eventos como los Juegos Olímpicos de Berlín en 1936, organizados por Adolf Hitler, donde se buscaba utilizar el deporte como una herramienta de propaganda.
En la actualidad, se han señalado casos de “Sport Washing” en diferentes equipos y países. Por ejemplo, los Emiratos Árabes Unidos están asociados con el Manchester City, Qatar con el PSG y el Mundial de la FIFA. Además, Arabia Saudita, a través del PIF, tiene vínculos con el Newcastle United.
Además, es interesante destacar que el Chelsea está relacionado con el PIF a través de inversiones en la empresa del propietario, Toed Boehly.
Estos casos generan debates y críticas sobre la ética y los motivos detrás de estas inversiones en el deporte, y cómo pueden influir en la imagen y reputación de los países o entidades involucradas.
Desde la venta del equipo a un fondo de Arabia Saudí, algunos hinchas del Newcastle han usado indumentaria árabe durante los partidos. (Foto EFE)
No solo en fútbol
En el golf, Arabia Saudita ha ofrecido cantidades significativas de dinero a golfistas de renombre mundial, montos que la PGA (Professional Golfers’ Association), el circuito de golf más importante del mundo no podía igualar.
El proyecto “LIV” en Arabia Saudita obligó a la PGA a fusionarse.
Es importante tener en cuenta que la PGA es una entidad independiente y no ha habido registros o informes oficiales de una fusión forzada en respuesta a un proyecto en particular. La PGA es reconocida por su larga historia y prestigio en el golf profesional, y su reputación se basa en sus torneos y en su capacidad para atraer a los mejores jugadores del mundo.
Si bien Arabia Saudita ha invertido en el golf y ha organizado eventos importantes, el impacto específico en la PGA no se ha confirmado de manera oficial.
Mundial
Arabia Saudita ha expresado su interés en organizar su propio Mundial en el futuro. Aunque se retiraron de la candidatura para el Mundial de 2030 debido a la competencia con la candidatura conjunta de España, Portugal y Marruecos, aún consideran la posibilidad de competir por la organización del Mundial de 2034.
El hecho de que su pequeño vecino, Qatar, haya sido seleccionado como anfitrión del Mundial de 2022 impulso el deseo de Arabia Saudita de también ser sede de un torneo de esta magnitud. Si bien no han tenido éxito en su intento inicial, parecen decididos a perseverar y continuar trabajando hacia el objetivo de organizar un Mundial en el futuro.
Es importante tener en cuenta que el proceso de selección de la sede de la Copa Mundial implica varios factores, como la infraestructura, el apoyo gubernamental, la capacidad de organización y otros criterios establecidos por la FIFA. La competencia puede ser intensa y cada candidatura debe cumplir con los requisitos establecidos.
En resumen, Arabia Saudita ha retirado su candidatura para el Mundial de 2030 debido a la competencia, pero sigue interesada en organizar un Mundial en el futuro y podría considerar postularse para el torneo de 2034.
Pueden fichar sin restricción
A diferencia de los equipos europeos, es cierto que los cuatro grandes clubes de Arabia Saudita (Al-Hilal, Al-Nassr, Al-Ittihad y Al-Ahly) pueden invertir sin restricciones debido a que la AFC (Confederación Asiática de Fútbol) no tiene un sistema de Fair Play Financiero establecido como lo tiene la UEFA en Europa.
Esta situación puede proporcionar ciertas ventajas a equipos como el Chelsea y el Newcastle, ya que pueden eludir las regulaciones del FFP al vender jugadores a precios inflados al fútbol saudita, lo que les permite equilibrar sus cuentas a pesar de las inversiones significativas realizadas, como en el caso del Chelsea en el último mercado.
Sin embargo, es importante destacar que el impacto de estas transacciones en el fútbol de los equipos medianos puede variar. Por un lado, la llegada de inversiones importantes puede atraer a jugadores talentosos y ofrecer salarios más altos, lo que podría desequilibrar la competitividad y dificultar la retención de jugadores clave por parte de los equipos medianos. Por otro lado, estas transferencias también pueden generar ingresos adicionales para los clubes medianos al vender a sus jugadores a precios más altos.
¿Qué pasará?
Si bien el futuro siempre es incierto, Arabia Saudita tiene un plan muy estructurado para resaltar y conseguir su propósito de ser una de las mejores ligas del mundo.
Este sí es un tema que puede perjudicar el fútbol mundial, pero queda esperar cómo resulta este tipo de situación. Hasta el momento, solo están llevando jugadores de mínimo 29 años. El día que empiecen a llevar estrellas jóvenes al fútbol saudí será el momento del cambio.
