Diego López ha tenido que vencer la adversidad. Desde los 15 años el atleta mexicano empezó a padecer problemas en sus extremidades, mismos que hoy lo tienen en una silla de ruedas. Pero eso no le ha impedido cumplir su sueño y demostrar día a día que la discapacidad solo lo limita en su físico, mas no en su sueño y ganas por ser el atleta más laureado de México.
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Diego López, el abanderado que llenó México de orgullo
Diego nació el 13 de noviembre de 1994 en Xalapa, Veracruz. Desde niño tenia la ambición de un día ser un atleta olímpico y así fue como de a poco fue metiéndose en la cabeza el chip de campeón. En 2002 recibió una terrible noticia: una enfermedad desgastaba los huesos en su cadera, piernas y pies. Tan solo tenía 8 años de edad y la vida comenzaba a ponerle desafíos. Cuando cumplió 16 quedó confinado a una silla de ruedas.
La discapacidad que padece es conocida como el Síndrome de Charcot Marie Tooth, una enfermedad crónica degenerativa que avanza con el paso del tiempo hasta dejar inmovilizadas las partes inferiores del cuerpo. Diego López siempre habla desde el corazón y con sinceridad. No oculta lo que siente cuando hace un recuento de su vida y lo más difícil que ha tenido que afrontar:
“Aceptar que soy una persona con discapacidad”, comentó el nadador paralímpico, quien 10 años después, en 2012, encontró su motivación al ver los juegos de Londres.
Con sus padres como máximo apoyo, Diego emprendió su camino como atleta.
Desde entonces todo ha sido “una locura”. En 2019 ganó nueve medallas de oro en dos eventos diferentes, 5 en los Panamericanos de Lima y 4 en el Mundial de Natación en Londres. En solo 7 años paso de ser un novato en competencias a ser un figura de los Juegos Paralímpicos.
Diego López cumplió un sueño más al llegar a las justas Paralímpicas como la máxima figura de México y fue el abanderado de la delegación que compitió en Tokio 2020. Fue su debut en este tipo de certámenes y confesó que: “Nunca en mi vida me he sentido tan nervioso”.
El bronce en los 50 metros en estilo espalda llegó y con esto cumplió su sueño de ser medallista olímpico, también se llevó una medalla de plata en los 200 m estilo libre y la de oro en los 50 metros en el mismo estilo, así escaló el olimpo.
“Todo esto se lo debo a mis padres, ellos son los que me motivan y les debo todo lo que tengo”, mencionó Diego en entrevista para Unanimo Deportes.
Diego López es un ejemplo de superación, una afirmación de que nada en la vida limita los sueños.
El joven nadador paralímpico ya entrena para poder llegar a Paris 2024, donde espera poder aumentar su colección de medallas y enaltecer aún más la historia deportiva de México.