El frío resultado indica que Juan Martín Del Potro (753°) perdió en su regreso a la actividad ante su público, por 6/1 y 6/3 a manos de su compatriota Federico Delbonis (42°) por la ronda inaugural del Argentina Open (arcilla/outdoor). Sin embargo, lo que no va a expresar ese score son las emociones vividas en el Court Central Guillermo Vilas del Buenos Aires Lawn Tennis Club, porque el campeón del US Open 2009 dejó entrever en la rueda de prensa del sábado que se va a retirar del tenis, sin especificar cuando. Muchísima gente estaba deseosa de ver a su ídolo una vez más, por eso no hubo ninguna butaca libre en el mítico estadio.
Lo trascendente es que Del Potro pudo entrar a una pista de tenis desde aquel triunfo ante el canadiense Denis Shapovalov (12°) en la hierba del ATP de Queen´s, ocurrido en junio de 2019. Una fuerte lesión en su rodilla derecha, que arrastraba desde finales del año anterior, lo obligó a suspender de cuajo su agenda y a transitar un verdadero calvario desde allí.
Del Potro resolvió volver al circuito en su país y en una de las citas más tradicionales del calendario: el Argentina Open, en donde solo había participado de la edición 2006, cuando solo tenía 17 años. El sorteo del main draw lo puso frente a su amigo Delbonis, con quien compartió la gloria en 2016 con la obtención de la Copa Davis, la única conseguida por Argentina en toda su rica historia. Atinadamente, los organizadores programaron este compromiso para el último turno de la jornada del martes.
Delbonis fue superior a lo largo del trámite, el marcador es elocuente, pero las 5.027 personas que asistieron al estadio principal del BALTC vivieron una noche emotiva, por el significativo aliento que le dispensaron a Del Potro a lo largo de la hora y 24 minutos de partido, sabiendo de todo el esfuerzo que tuvo que pasar en estos más de dos años y medio de ausencia en el tour. Nada menos que cuatro operaciones soportó el tenista tandilense en ese lapso, con tres cirujanos diferentes en distintas partes del mundo.
El desarrollo del encuentro le fue siempre desfavorable a Del Potro, el quiebre de servicio que logró en el primer game fue un espejismo, su (lógica) falta de movilidad no le permitió hacerle oposición a un jugador que está activo y con un buen ranking. Sin embargo, los espectadores valoraron el esfuerzo que desplegó en la pista y se sensibilizaron al máximo en el penúltimo juego, cuando la Torre de Tandil rompió en llanto, conmovido por las innumerables muestras de afecto recibidas desde las tribunas. Los presentes fueron con la premisa de acompañarlo en su retorno.
Concluido el cotejo, Delpo no confirmó su retiro inmediato del tenis, aunque dejó algunas señales. No anunció, por ejemplo, si viajará a Río de Janeiro para disputar la semana próxima el ATP 500. El jueves se expedirá al respecto, lo que sí aseguró es que en caso de ir a Brasil después se tomará un descanso, etapa en la que analizará su futuro profesional. Agregó que sus intenciones primordiales eran volver a jugar el deporte que ama y a no despedirse en una conferencia de prensa, además de querer recuperar su rodilla no solo para competir sino para desenvolverse en el día a día, con calidad de vida. Antes de retirarse del estadio principal del BALTC dejó su vincha colgada en la red, todo un símbolo.
Muchas personalidades se acercaron al Argentina Open para presenciar el retorno de Del Potro: la ex tenista Gabriela Sabatini, otrora número 3 del ranking femenino y también ganadora del US Open versión 1990, el ex jugador Guillermo Coria, actual capitán albiceleste de Copa Davis, y varios de sus colegas, como el francés Benoit Paire (50°). El fútbol dijo presente también, de la mano de los directores técnicos de fútbol Hernán Jorge Crespo y Rolando Schaivi, este último sentado en el palco asigando para los invitados de Del Potro, al lado de su hermana Julieta y de su madre, Patricia Lucas, ya que el ex zaguero de Boca Juniors (el club de sus amores) es su amigo personal. En su mente habrán estado su padre Daniel, fallecido el año pasado, y su hermana Guadalupe, quien murió en un accidente automovolístico cuando Juan Martín apenas tenía 2 años de vida. A ella le dedicó cada una de sus victorias, enviando un beso en dirección al cielo.
Por su parte, Delbonis hizo lo que tenía que hacer, sabiendo que la multitud fue a ver a su rival: jugó a ganar, respetando al público, a Del Potro y a sí mismo, pudiendo abstraerse del clima creado por el aura del doble medallista olímpico. Amistad mediante, anoche eran adversarios y el tenista azuleño cumplió con su plan de seguir adelante en el certamen.
En cuanto a lo deportivo, el Argentina Open seguirá su curso pero esta edición 2022 quedará en la retina de todos los amantes del tenis, por lo entregado por un competidor de 33 años que cayó en la primera rueda. Que dejó todo lo que tenía y más tras casi mil días de inactividad, llenos de ansiedad e incertidumbre, sumada la tristeza ocasionada por la partida de su padre. La calidez humana y la trayectoria tenística de Delpo serán siempre su carta de presentación, a cualquier parte del mundo a donde vaya siempre.