Un día como hoy en el 1962, Emile Griffith y el cubano Benny “Kid” Paret completaron su famosa trilogía, pero el tercer enfrentamiento siempre será recordado por su trágico desenlace ya que vio a Paret falleció 10 días después a consecuencia de los golpes recibidos.
Paret había conquistado el cetro welter luego de vencer a Griffith, natural de las Isla Vírgenes, por decisión en septiembre de 1961, logrando así desquitarse del revés por en tres asaltos en abril de 1961. Así las cosas, con una victoria por bando, decidieron pelear por tercera vez en el Madison Square Garden de Nueva York.
En esta ocasión, cabe destacar un incidente que sucedió durante el pesaje que causó gran enfado a Griffith. El cubano utilizó una palabra homofóbica (“mari…”) para describir a su rival, que tuvo que ser sujetado cuando quiso atacar al campeón. Así quedó preparada la escena para el tercer duelo.
La pelea estuvo bastante pareja al principio y en el sexto asalto Paret tuvo al borde del nocaut a Griffith, pero a partir de ese cambió la pelea ya que el virginense comenzó a tomar control del mismo.
Luego vino el fatídico 12mo. asalto donde Griffith comenzó a castigar duramente a un extenuado Paret en una esquina sin que éste pudiera defenderse. Pillado en la esquina, el cubano recibió alrededor de 29 golpes sin respuesta alguna y en un momento dado su cabeza quedó entre las cuerdas recibiendo golpes.
El árbitro Ruby Goldstein finalmente intervino y puso fin a la contienda a los 2:06 del asalto, mientras que Paret se desplomó sobre la lona inconsciente. El cubano fue trasladado en camilla al hospital y 10 días después, murió a consecuencia de los golpes que le causaron una hemorragia cerebral.
El desenlace causó mucha polémica. Muchos criticaron el hecho de que Paret recibió el visto bueno de pelear apenas tres meses después de un fuerte combate ante Gene Fullmer y las dos batallas anteriores ante Griffith.
Otros criticaron a la esquina de Paret por no detener la pelea, mientras que la actuación del árbitro Ruby Goldstein también fue censurada ya que el peleador cubano estaba en mal estado mucho antes de los golpes finales.
Griffith, por su parte, fue criticado por algunos que consideraron que continuó castigando a Paret de forma intencional, golpes que resultaron ser fatales y que puso a discusión si el boxeo debía ser abolido.