Haber protagonizado dos episodios de violencia hacia las mujeres, implicaron la suspensión indefinida del pitcher Julio Urías en las Grandes, pero también le cerraron las puertas para temporalmente militar en la Liga Mexicana de Béisbol (LMB).
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El 3 de septiembre, el lanzador sinaloense de 27 años fue arrestado bajo sospecha de lesiones corporales a su cónyuge, pero su situación legal se agravó en virtud de que en 2019 fue suspendido de 20 juegos por haber sido arrestado después de protagonizar un incidente similar.
Casi de inmediato, el nombre del beisbolista y toda imagen alusiva a su persona fue eliminada por Los Angeles Dodgers de tal manera que es muy complejo que vuelva a jugar en la Major League Baseball (MLB).
Con el lanzador en plenitud física se pensaba que podría continuar su carrera en México, pero Horacio de la Vega, presidente de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB), considera que integrarlo en este momento a algún equipo resultaría inapropiado.
Durante una entrevista concedida a ESPN, el directivo aseguró que en el futuro quizá podría surgir otra oportunidad para el exlanzador de Los Dodgers, pero no por el momento.
“Es una cosa que hemos platicado ampliamente, no podemos tener una precisión puntual. Sin embargo, hay que dejar que corran los trámites, es desafortunado lo que ocurrió con Julio, tengo el gusto de conocerlo, es un gran pelotero.
Sería inapropiado darle un espacio de manera inmediata por muchas razones, pero estoy seguro que merece una oportunidad en el futuro de estar participando en la Liga Mexicana de Béisbol”, indicó.
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Este miércoles, el pelotero mexicano deberá presentarse frente a un juez para rendir su declaración sobre la acusación de agresión que pesa en su contra y mientras eso sucede oficialmente se encuentra en licencia administrativa en la MLB.
Lo cierto es que, debido a su escándalo, el mexicano perdió la oportunidad de convertirse en agente libre y amarrar un contrato a largo plazo calculado hasta $200 millones de dólares.