Hace apenas un año dejó este mundo Charlie Watts, el mítico baterista de The Rolling Stones y a un año de su partida, vamos a recordar la otra gran pasión del que para muchos fue el mejor detrás de los tambores de todos los tiempos, su fanatismo por el Tottenham Hotspur y el día que no pudo conocer a Diego Armando Maradona.
Watts dejó un legado muy importante en la historia del rock pero también del jazz pues los inicios del baterista de los Stones fueron justamente en ese género, de hecho, más de una vez confesó que el género que más le apasionaba era ese y aunque el rock lo catapultó al mundo de las grandes bandas de todos los tiempos, su camino iba en otra ruta
Pero como buen londinense, su vida por más que desde siempre estuvo ligada con la música y el arte, también tenía un lugar especial para la pelota y como cualquier niño de esa época, el fútbol se convirtió en una de sus grandes pasiones, algo que más allá de la fama nunca cambió.
Charlie Watts y sus ídolos de los Spurs
Durante muchos años estuvo alejado del viejo White Hart Lane, la antigua casa del Tottenham Hotspur pues su vida en los escenarios era tan demandante que apenas si tenía tiempo para descansar o estar en todo menos en un partido de fútbol.
Eso sí, como cualquier otra persona, siempre estuvo atento al desempeño de su equipo y más en la segunda mitad de la década de los 70s y particularmente desde la llegada de Osvaldo Ardiles, quien se convirtió en ídolo de la hincha de los Spurs.
‘Ossie’ llegó a los Spurs en 1978 y gracias a su futbol exquisito, se volvió casi de forma instantánea un ídolo, algo que el argentino acompañó con goles y también con títulos. Ardiles se despidió de los Spurs y para darle un cierre espectacular a su paso por el Tottenham, el club le organizó un partido de despedida en el que varias estrellas estaban invitadas.
Uno de ellos era ni más ni menos que Diego Armando Maradona, que volvía a Londres ya como campeón del mundo, y después del mítico y polémico partido ante Inglaterra en 1986.
Entre las estrellas invitadas también había lugar para las celebridades y no precisamente del fútbol, hubo diferentes personalidades esa tarde en la cancha del Tottenham Hotspurs y dos de esos lugares estaban reservados en los palcos VIP para Charlie Watts y Mick Jagger (aunque Jagger es fanático del clásico rival de los Spurs).
Sin embargo, los Rolling Stones se encontraban en ese momento en el proceso de grabación del disco ‘Dirty Work’, algo que para esa época no solo se limitaba a grabar las canciones, sino también a grabar videoclips para la promoción del mismo.
Resulta que ese mismo día que Ardiles se despedía del Tottenham, la banda tenía que grabar el vídeo de ‘One Hit’, primer sencillo de ese disco por lo que fue imposible que Charlie Watts estuviera presente y en el vídeo se nota que su ánimo no era el mejor, se notaba bastante serio y de mal humor. La razón era muy simple, no pudo estar presente en el partido de uno de sus ídolos futboleros y tampoco pudo conocer a Maradona.