La deficiente visión de la directiva para conformar un plantel competitivo y la falta de continuidad en la dirección técnica, dieron como resultado que, a falta de 90 minutos por disputar e independientemente de su resultado frente al América, Puebla cerrará la temporada como el peor club de la actualidad en la Liga MX.
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Cinco puntos de 48 disputados después de 17 fechas, condenan a un equipo que en algún momento trató de ser protagonista del balompié azteca en cuyas vitrinas figuran dos títulos de liga.
A lo largo de la presente temporada la defensiva de los “Camoteros” fue la más castigada tras permitir 41 goles, algo muy complicado de explicar para el arquero chiapaneco Jesús Iván Rodríguez Trujillo quien llevará sobre su espalda dicha metralla.
El mal arranque de torneo de “la Franja” propició que el técnico Ricardo Carbajal fuera destituido en febrero. Sin embargo, el arribo del argentino Andrés José Carevic Ghelfi al banquillo tampoco generó un cambio de rumbo favorable.
De hecho, prácticamente desde la jornada 14 el destino de Puebla ya se había definido, pues los goles marcados por el yucateco Miguel Ángel Sansores, por el méxico-peruano Santiago Gabriel Ormeño y por el canadiense Lucas Daniel Cavallini (tres cada por cada uno) no resultaron suficientes para sacar a sus compañeros de su marasmo.
Hoy los Enfranjados tenemos un compromiso en 🏠
Atentos y concentrados los 90’⚽️#LaFranjaNosUne🎽 pic.twitter.com/9aKDsW1lSt
— Club Puebla🎽 (@ClubPueblaMX) April 26, 2024
El conjunto poblano acumula 13 derrotas y si la estadística se impone quizá sumará otra más al recibir al Club América, líder general del certamen y ubicado como la mejor defensiva de la Liga MX.
Hasta el momento, tres equipos lograron despedazar a la zaga camotera al marcarle cuatro goles en sus respectivos enfrentamientos: Juárez, Pachuca, San Luis.
Y como colofón de esta truculenta historia, el único triunfo poblano se produjo en la jornada 5 cuando derrotó 3-2 al Mazatlán, en el Cuauhtémoc.
Sobra decir que este equipo termina la temporada sin conocer el sabor de la victoria jugando en calidad de visitante.
