Festejar cuando se marca un gol en el fútbol es descrito por algunos especialistas en psicología como experimentar una catarsis donde de manera espontánea se libera cualquier emoción negativa que se haya reprimido. Es por ello que, cuando el balón rebasa la línea de meta. la mayoría de los futbolistas estallan en júbilo y en ese instante se presentan acciones inusuales que llegan a ser objeto de severas críticas en los medios de comunicación.
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Este fin de semana, luego de casi dos meses de inactividad, la Bundesliga reanudó su temporada bajo lo que se dijo serían estrictas medidas de higiene para evitar cualquier posibilidad de que surgiera algún contagio de coronavirus entre los futbolistas. Sin embargo, un par de besos que surgieron entre algunos jugadores al festejar sus goles resultaron polémicos.
Durante el duelo entre el Hoffenheim y el Hertha de Berlín, el defensor belga Dedryck Boyata besó a su compañero Marko Grujic. Sin embargo, al darse cuenta de lo que había provocado su acción el propio zaguero emitió un mensaje en redes sociales dando su versión de los hechos.
“No fue un beso, ni una celebración. Pido disculpas por poner mis manos en la cara de Marko Grujic. Le estaba dando instrucciones sobre una jugada detenida”, señaló el jugador de Hertha.
Algo similar ocurrió en el partido que sostuvieron los clubes Eintracht Frankfurt y Borussia Mönchengladbach, cuando luego de mandar el esférico al fondo de las redes, al delantero Marcus Thuram se le ocurrió besar a su compañero Tobias Strobl.
Luego de darse este par de acciones, la Bundesliga descartó que en ambos casos y en posteriores similares se vaya a sancionar a los jugadores que incurran en este tipo de conducta, algo que volvió despertar polémica.
“Para las celebraciones, solo se han dado consejos y por ello no puede haber sanciones”, señaló un portavoz de la Bundesliga.