El mérito deportivo de la selección argentina no se pone en tela de juicio, pues los goles avalan su condición de campeón en el primer mundial disputado en territorio árabe, pero la falta de clase y la vulgaridad de algunos de sus seleccionados, resultan un verdaero atentado en contra del espíritu deportivo.
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Hoy millones de fans celebran el hecho de que Lionel Messi y compañía hayan levantado la Copa del Mundo en Qatar, pero la verdadera grandeza de un campeón se mide más allá de los goles que pueda marcar en sus partidos.
Eliminar a un adversario tiene su mérito deportivo, pero luego vulgarmente restregarle la victoria a un rival superado, habla de la verdadera personalidad y educación que pueda tener “el mejor futbolista del mundo”, el “arquero más certero” y hasta de un “histórico” delantero retirado por sus problemas de salud.
La Copa del Mundo de Qatar y su campeón pasarán a la historia por tres momentos que pisotearon el concepto fair play bajo la justificación derivada de la calentura que surge después de los partidos.
La imagen que le dio la vuelta al mundo de Lionel Messi gritándole Bobo a un rival de Países Bajos, después de haberlo eliminado en los Cuartos de Final, es una invitación abierta para que las nuevas generaciones también se pasen por el arco del triunfo la clase que debiera tener un futbolista a quien se le considera el mejor de su generación.
Algo similar le ocurrió a todo el plantel sudamericano en ese mismo partido al moforbarse de los rivales caídos desde los 11 pasos, imágenes que también fueron difundidas a nivel global sin que la FIFA hiciera algo para ponerle un alto a la falta de respeto.
📸¡LO QUE NO SE VIO!
La burla de los jugadores de Argentina a los de Países Bajos, la dedicatoria de Messi a Van Gaal, el intruso que no mostró la TV y el sufrimiento de Antonela Roccuzzo y la madre de Leo en los penales https://t.co/9OlyiXDYoa
— Diario La Prensa (@DiarioLaPrensa) December 10, 2022
No obstante, eso tan sólo fue la antesala de la vulgaridad extrema que prevaleció en la final del torneo luego de que el arquero Emiliano Martínez, al recibir el Guante de Oro, lo colocó frente a su miembro y comenzó a moverse de atrás hacia delante importándole un bledo que tuviera a su lado a los anfitriones del torneo y que su imagen fuera captada por la televisión a nivel global. No obstante, el guardameta todavía tuvo el atrevimiento de faltarle al respeto a un fan mexicano que intentaba regarle a su compañero Guido Rodríguez un sombrero de charro en forma de amistad y ni que decir del minuto de silencio que pidió para Kylian Mbappé.
“A minute of silence for … Mbappe!” 😅
Emiliano Martinez during Argentina’s dressing room celebration.
(via nicolasotamendi30/Instagram) pic.twitter.com/dwm3IrUNWG
— ESPN FC (@ESPNFC) December 18, 2022
Después, el turno le correspondió a Sergio “Kun” Agüero, quien acompañó a su selección desde la tribuna, pues debido a un problema cardiaco desde hace tiempo dejó de jugar. Sin embargo, su insuficiencia tampoco le impidió gritarle al francés Kamavinga, “cara de pinga”.
Con estas evidencias sólo quedó claro que la selección argentina del 2022 pasó a la historia por conseguir su tercera Copa del Mundo, pero también por ser el equipo más vulgar y sin clase desde 1930.