Cuando hablamos de Luis Suárez, lo primero que se debe venir a la cabeza el gol. El delantero uruguayo ahora camino al Atlético de Madrid ha sido sin duda alguna unos de los grandes goleadores de la historia y se metió en la tripleta histórica de goleo culé.
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En medio de un convulsionado equipo que de la mano de Bartomeu como presidente ha vivido su peor época, el uruguayo también tuvo una tormentosa salida del Blaugrana.
Las cámaras de la televisión española lo captaron llorando cuando abandonó la ciudad deportiva para afrontar un nuevo reto con el Cholo Simeone y el Atlético de Madrid no sin antes darnos de que hablar más allá de sus goles y de temas que no le han hecho bien a su carrera.
Un día después de que se le acusó de parte de las autoridades de hacer trampa en el examen de italiano que presentó en Perugia, lo que arruinó su llegada a la Juventus, se finiquitó su salida del Barça pese a que habían intentado vetarla por ser a rival directo.
El pistolero, el goleador, el mismo que protagonizó un capítulo tan lamentable como inolvidable en Brasil 2014 con el mordisco a Chiellini y que ya había sido acusado de episodios como esos tanto en Holanda como en Inglaterra, ahora lo pillaron haciendo trampa en el examen de italiano en Perugia.
Puede parecer jocoso y claro que más allá de las polémicas y los problemas de comportamiento típicos de aquel que salió del barrio pero el barrio se quedó en el, hay que decir que sus goles siempre serán su carta de presentación y ahora con el padre tiempo en su contra busca darnos lo que te quede con el colchonero.
Goles, mordiscos y ahora trampa en la vida de novela de un espectacular goleador. Aplaudimos los goles y lamentamos todo lo demás que para el populacho pasa a ser lo de menos.