En medio de la ridiculez de culpar a uno por el trabajo y resultado final en un deporte colectivo, en los últimos tiempos más por las carencias y la falta de criterio de muchos y además por la necesidad de buscar ídolos y demeritar a unos para engrandecer a otros, muchos se colgaron de lo que podían para argumentar contra la grandeza de Lio Messi.
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Para muchos de nosotros en el mundo del fútbol, Messi es el mejor de la historia hace mucho tiempo y no necesitaba el tan mentado título con la selección mayor de Argentina para quedar en la historia como el más grande.
Al hablarse de Messi como el mejor de la historia, no se hace con el objetivo de molestar a nadie, aunque más de uno se enloquece y empieza a denunciar sacrilegios y blasfemias. Es simplemente expresar una opinión de acuerdo a lo visto.
Antes de que se iniciara las Copa América, e incluso antes del Mundial de Rusia, muchos creíamos que a Messi el tren de ganar títulos con Argentina ya le había pasado.
Que bueno que se dio la final histórica, que bueno que fue en el Maracaná, que bueno que Argentina se llevó el título, pero el legado de Messi está definido hace mucho tiempo. No era necesario que ganara títulos con la selección Argentina de mayores. Siempre enfatizando de “MAYORES“ porque ya había sido campeón olímpico.
No era necesario, el mejor de la historia ya había escrito sus mejores capítulos, y los que no piensan así buscarán todo tipo de argumentos porque de eso se trata, de vivir el fútbol y opinar sin incomodarnos o sentirnos atacados por que alguien opine diferente.
Un Messi que ganó las Champions y la Copa América que nunca ganaron Pele y Maradona. Digo, por si siguen empecinados en comparar títulos.
No era necesario, pero gracias Messi.