Buenos Aires, 11 jun (EFE).- Sebastián Rossi, palista argentino dos veces olímpico, contó en una entrevista con EFE, que tuvo que idear un método de entrenamiento ‘casero’ en una pisicina para poder mantener su estado físico y no perder la experiencia del agua de su especialidad que es el canotaje eslalom.
En la casa de su novia, ubicada en la localidad de Pilar –en el norte del conurbano boanerense-, el piragüista de 28 años ensaya en una piscina sus piruetas y hasta ata su kayak a una palmera con una soga con cámaras de bicicleta para simular la corriente de un río.
Si bien reconoce que no es “el entrenamiento ideal” en una cuarentena que en la capital argentina y el Gran Buenos Aires ya lleva 84 días, es una opción “más que válida” para no perder “la sensibilidad con el agua” que resulta indispensable para un palista que define una competencia en apenas milésimas de segundo.
Pregunta (P): ¿Cómo es la situación de un deportista de alto nivel en una cuarentena tan extensa?
Respuesta (R): Sin dudas que es una situación inédita e imposible de imaginarse apenas unos meses atrás. Desde 2012 que no paso tantos días en Buenos Aires,
ya que por mi carrera como palista paso gran parte del año entrenando en Europa y compitiendo en distintas ciudades del mundo. Al principio fue una sensación reconfortante poder pasar un tiempo en el país, pero luego empieza a jugar la ansiedad de no poder entrenar y la incertidumbre de no saber cuando vamos a poder volver a competir.
P: ¿Cómo se te ocurrió este método casero de entrenamiento?
R: Con el correr de los días y luego de ver que ir al Río de la Plata se volvía cada vez más lejana empecé a pensar algún método para entrenar en casa. Me fijé que los chicos que están corriendo lo hacen en la cinta, o los ciclistas en rodillo y con mi entrenador se nos ocurrió que podíamos atar la canoa con una soga con una cámara de bicicleta atada a una palmera. No es igual a remar en un río con corriente pero es lo más parecido. Además yo lo complemento con una sesión diaria de gimnasio y así siento que estoy más preparado para el día que se pueda volver a competir.
Luego de la habilitación para entrenamientos por parte del Gobierno argentino para que los atletas olímpicos o en proceso de clasificación para los Juegos de Tokio, Sebastián Rossi ahora espera la última autorización de las autoridades locales del partido norteño de San Isidro para regresar al Río de la Plata. Sin embargo, el hábitat más común de entrenamiento de la Selección albiceleste de
Canotaje en los últimos años fue la ciudad francesa de Pau, en la zona de los Pirineos.
Todavía sin una pista de canotaje de eslalom en el país, los palistas se preparan en Europa para las distintas competencias. Previo a la declaración de esta pandemia mundial, Rossi y sus compañeros de equipo argentino se encontraban preparándose para el Preolímpico americano que se debía disputar en Río de Janeiro del 7 al 10 de mayo y que, al igual que los Juegos, fue pospuesto para 2021.
P: ¿Cuál es el gran objetivo en este tiempo de cuarentena?
R: La intención es entrenarse en la pileta y mantenerse en forma para no perder todo lo trabajado de cara a los Juegos Olímpicos de Tokio, que lleva cuatro años desde que terminó la cita de Río de Janeiro en 2016. Esta inmovilización que nos toca vivir, cada uno se las está arreglando como puede y en mi caso remando en la pileta. Estoy esperando volver a concentrar en Pau, y a la espera de poder volver a viajar. Ahora tenemos la suerte de contar con que vamos a poder volver a remar a nuestro club con esta nueva disposición que tomó el gobierno para los atletas de elite. Estamos en las últimas sesiones en casa y con muchas ansias por lo que se viene.
P: ¿Cuál es la evaluación de este recurso ‘casero’ que se utilizó para simular la corriente del río?
R: Estuvo buena la idea pero luego de casi 80 días de cuarentena es algo que no sé si en verano voy a volver a la pileta (pisicina). Si bien nuestro deporte es individual y no tiene nada de compartir en grupo, con el resto de mis compañeros de selección fuimos compartiendo ejercicios tanto físicos como en el agua para poder suplir la falta del río. La necesidad de volver a entrenar es porque en Europa sabemos que ya se pudo volver a entrenar con un protocolo.
Lo que me da alguna tranquilidad es que como los competidores del Preolímpico serán americanos, en esta región estamos casi todos iguales… aunque me preocupa no tener información de cómo es la situación en Estados Unidos, donde hay buenos palistas de mi especialidad.
P: ¿Se mantiene una comunicación fluida con otros atletas americanos para compartir experiencias y sensaciones en este tiempo de pandemia?
R: Con los chicos de Brasil tenemos una comunicación fluida porque de tanto encontrarnos nos hemos transformado en amigos y nos llevamos bien. Si bien competiremos por la plaza olímpica como lo hacemos en cada certamen continental, hay una muy buena relación. Los otros grandes rivales en la región americana son los estadounidenses, que son un poco más cerrados y con los que no tengo tanto trato. Eso me preocupa un poco más porque tanto brasileños como estadounidenses son las competencias más fuertes en mi categoría. Por ejemplo, en los Juegos Panamericanos de Lima el año pasado, quedé segundo del estadounidense Zachary Lokken a 12 milésimas de segundo y por delante del brasileño Felipe Borges.
P: ¿Cuál fue tu reflexión en este tiempo de pandemia sin competencia?
R: En principio uno se pone a pensar el valor importante de cada una de las cosas de la vida. Sin dudas poder pasar tiempo con mi novia y estar en mi país fueron dos de las cosas más destacadas de esta cuarentena. Además me di cuenta al no poder hacerlo la pasión y el amor que le tengo a mi deporte y lo feliz que soy en el agua. Además de repasar toda mi carrera desde 2007 cuando empecé a remar también me puse a pensar que quiero dedicarle un tiempo más a esta pasión…
aunque en este tiempo sumé la presión de mi novia para casarnos… quizás después de Tokio.
P: ¿Qué te gustaría mejorar en el canotaje eslalom en Argentina?
R: Quizás lo único que me gustaría sería poder tener una pista en el país que nos permita pasar más tiempo por estas latitudes. Sé que es muy difícil porque en la región sólo está la de Río de Janeiro que se hizo para los Juegos Olímpicos de 2016, pero a nuestro favor tenemos varios ríos naturales de montaña que podrían adaptarse para tener al menos una pista homologada para poder entrenar durante gran parte del año. En este tiempo de pandemia me parece que vale la pena soñar… y si se sueña, se hace en grande.
(c) Agencia EFE