El luchador cubano Mijaín López hizo historia en los pasados Juegos Olímpicos de París 2024 al superar a los estadounidenses Carl Lewis (salto de longitud), Michael Phelps (200 metros estilos) y Al Oerter (lanzamiento de disco) como el único atleta con cinco títulos Olímpicos en una misma prueba de manera consecutiva.
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Desde pequeño, López desarrolló su enorme constitución física corriendo tras los animales y cargando cajas de tubérculos y frutas. Sus hermanos Misael y Michel practicaban remo y boxeo y trataron de contagiarle el gusto por esos deportes. Pese a que lo intentó con el boxeo, desde los 10 años se encaminó hacia la lucha.
“En cuanto lo vio un profesor de lucha lo captó”, explicó su madre en una entrevista para la agencia AFP.
Su carrera pudo haber sido corta, ya que a los 13 años de edad sufrió una fractura de tibia y peroné durante una competencia. Su padre, preocupado por él, lo intentó persuadir para que abandonara el deporte; sin embargo, el joven atleta perseveró y continuó preparándose.
Cuatro años más tarde iría a sus primeros Juegos Olímpicos (Atenas 2004) donde terminó en quinta posición tras caer ante el ruso Khasan Baroev, quien obtuvo la medalla de oro en aquella ocasión.
Un resultado bastante bueno para un joven de casi 22 años que su hermano Michel recuerda como “malcriado, gruñón y busca pleitos”. A partir de entonces, continuaría preparándose y no volver a conocer la derrota. Y, al igual que el héroe griego ‘Hércules’, dotado de una fuerza casi ilimitada, resistencia, agilidad y reflejos sobrehumanos, la leyenda de Mijaín López apenas estaba naciendo.
Cada vez que pisa el tapiz, López utiliza fortaleza para derribar a cada uno de sus rivales, por lo que se ha convertido en el atleta más dominante de la lucha grecorromana de los últimos tiempos.
Mijaín López: Rey olímpico de la lucha grecorromana
En 2008 fue el abanderado de la delegación cubana en los Juegos Olímpicos de Beijing y, desde entonces no ha perdido ningún combate.
El camino de la victoria continuó en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, donde arrasó con todos sus rivales. Apodado también como “El Terrible”, aunque él prefiere ser llamado “El Guerrillero de Cuba”, llegó a los Juegos de Río de Janeiro 2016 con toda la confianza en repetir la hazaña y lo consiguió. No hubo contrincante que le pudiera hacer cosquillas.
En Tokio 2020 y nada lo detuvo, ni siquiera la pandemia por el Covid-19, para colgarse la cuarta.
Y llegó París 2024, una cita con la historia y el ‘Último Baile’ del orgullo caribeño.
López reclamó su reinado en la lucha grecorromana al derrotar por 6-0 al chileno de origen cubano Yasmani Acosta, con quien comparte una amistad y quien fuera su compañero de entrenamientos.
En medio de una ruidosa ovación en el Arena Campo de Marte, la leyenda olímpica fue aclamado al ritmo de “López, López”, mientras el cubano desabrochaba sus zapatillas en medio del tapiz y agradeciendo a todos aquellos que fueron testigos de uno de los hitos más grandes del olimpo.
“Estoy cumpliendo con lo que aprendí, con lo que me enseñaron mis antecesores, mis padres, mis hermanos, mis abuelos… Creo que estoy transmitiendo al mundo que, por muy grande que seas, siempre la humildad va a ser la más grande virtud”, dijo López una entrevista para Olympics.com.