El sonido del mar se ha vuelto un típico ritual espiritual, para muchas personas alrededor del mundo, para encontrar la paz interior, mientras que para otros, es una inspiración para alcanzar sueños. Para un sujeto particular significó un elemento para alejarse de las dificultades de la vida y a la vez convertirse en el “rey de las olas”. Esta es la historia de Ítalo Ferreira.
El brasileño de 27 años de edad le demostró al mundo que ante las olas más desafiantes, la fuerza de voluntad es una corriente que siempre te impulsa hacia adelante para llevarte a las instancias que siempre soñaste. Ítalo Ferreira se convirtió en el primer campeón olímpico de surf de la historia y se robó el cariño de los aficionados.
Un soñador en lo más recóndito de la Bahía
Desde muy temprana edad, la pequeña comunidad de Bahía Formosa, en Río Grande do Norte, veía como surgía el amor de un niño, cuyo padre era un humilde pescador y su madre se dedicaba al hogar. Ferreira hacia las tablas de surf generando una conexión especial, una que lo llevó a ganarse el respeto de Poseidón y a gozar de las mieles del Olimpo.
Los primeros pasos de Ferreira comenzaron con una tabla rota que compartía con sus primos, hasta que su papá hizo todo lo posible, con demasiado sacrificio, para entregarle a su hijo el mejor regalo del mundo: su propia tabla. Poco a poco aquel pequeño de 10 años generó una simbiosis con el mar para alcanzar rápidamente el éxito.
“Un día, un primo me prestó una tabla rota, pero era suficiente y mejor que el poliestireno. Después mi papá me compró una, la pagó con un pescado y el resto en dinero. A partir de entonces empecé a surfear un poco más”, confesó en una entrevista con la agencia AFP.
Ítalo Ferreira y sus primeras olas exitosas
Ahora, con una tabla propia en su poder y una larga marea que recorrer, Ítalo se sumergió en 2011 en el Pro Junior World Championship para coronarse en dos ocasiones con tan solo 14 años, lo que lo llevaría a ser el monarca de Brasil en 2014 y, un año más tarde conseguiría su primer clasificación con la élite mundial en el Championship Tour de la World Surf League, donde con una impresionante actuación, se quedaría con el séptimo puesto y el premio al Novato del Año a sus 21 años.
Su mentalidad y ambición estaba por encima de las expectativas, así que era evidente que todo el pueblo brasileño vería tarde o temprano al nuevo “rey de las olas”. En 2019 esto se hizo realidad con su primer título mundial al derrotar a Gabriel Medina y ser el tercer nacido en este país en conquistarlo.
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La consolidación de un “Tritón”
Los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 vivieron un nicho histórico de cinco años de espera tras la consecuencia de la pandemia del Covid-19, y con ello, la llegada de nuevos deportes como el surf, en el que Ferreira marcaría el inicio de su propia historia dentro de la justa veraniega.
The answer is: Ítalo Ferreira! The Brazilian surfer made history in the waters of Tsurigasaki Beach. pic.twitter.com/KcvRmQzgXb
— Olympics (@Olympics) October 3, 2021
Ítalo se montaría en su tabla dentro de la playa de Tsurigasaki, a kilómetros de la capital nipona, recordando el por qué encontró su pasión y su lugar favorito en la vida… Disfrutó del reto, del escenario perfecto, ante unas olas que se rindieron ante su “rey”, quien conquistó la primera presea dorada de este deporte al obtener una calificación de 15.14 puntos y, a pesar de haber partido su tabla a la mitad con un movimiento, superó al japonés Kanoa Igarashi. La persistencia de Ítalo y sus sueños siempre fueron más grandes que cualquier reto.
“No sólo hemos ganado medallas sino que todos los surfistas que compitieron son parte de esto”, fueron sus palabras tras colgarse el oro. El “Tritón” es un ejemplo para las nuevas generaciones.