Decir la palabra Brasil al momento de entablar una plática sobre deportes naturalmente nos orilla a pensar en futbol, sin embargo la realidad puede ser muy diferente, tal y como le sucedió al atleta Asiático-Latino Ricardo Sugano, reconocido en el mundo del sumo como Kaisei Ichiro.
A diferencia de sus familiares y amigos, Ricardo no era afín al deporte con el que su país ha deslumbrado al mundo gracias a la calidad de sus futbolistas. Sin embargo encontró la pasión en una disciplina muy ajena de su cultura. Los deportes de agarre se robaron su atención.
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El destino del joven Sugano con apenas 16 años estaba por comenzar luego de que un amigo de su padre le sugiriera adentrarse al sumo, ya que consideraba tenía el tamaño necesario para competir por lo que el adolescente brasileño hizo caso.
Tras cuatro años de practicar el deporte en Brasil decidió marcharse a Japón para mejorar su destreza. Con apenas 20 años el oriundo de Sao Paolo se unió al “Heya (gimnasio o establo; es más una residencia donde los luchadores viven, estudian y entrenan) Tomozuna”, donde fue rebautizado como Kaisei Ichiro.
A diferencia de otros peleadores extranjeros, Kaisei no tuvo problemas para adaptarse a la cultura japonesa, especialmente a lo relacionado con la alimentación ya que su abuelo, Ichiro (de quien tomó el nombre para su identidad como peleador de sumo) solía preparar platillos japoneses mientras vivían en Brasil.
Fue en septiembre de 2006 que Kaisei logró debutar en un torneo oficial. Los años siguientes, su carrera como luchador profesional de sumo fue en ascenso; en marzo de 2007 ya estaba en la cuarta división de sumo, llamada Sandanme. Un año más tarde logró el ascenso a la división Makushita, donde su nivel permaneció estancado por breve tiempo.
Fue hasta mayo de 2010 que logró llegar a la segunda división, Jūryō. Este logro lo convirtió en el cuarto brasileño en alcanzar dicho nivel. Sin embargo para mayo de 2011, Kaisei llegó al máximo nivel que un peleador puede aspirar: la división Makuuchi, la cual se subdivide en cinco categorías.
El amor de Kaisei Ichiro por Japón no puede ponerse en tela de juicio luego de haber obtenido la nacionalidad en noviembre de 2014; en aquel momento mencionó que sus planes serían desempeñarse como entrenador una vez que se retire.
Sugano es una de las tantas muestras que tenemos en el mundo del deporte para ejemplificar y entender que el lugar de origen no determina lo que somos como personas, optando por darle vida a Kaisei Ichirio.