El judo mexicano tiene a una nueva estandarte: Prisca Awiti, la primera medallista olímpica de su país en dicha disciplina; una plata que enmarca la gloria y los desafíos que ha tenido que atravesar aún sin ser el primer deporte del que se enamoró.
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La nacida en Londres, hija de un padre keniano y una madre mexicana, no encontró en el judo un amor a primera vista; sino en la gimansia, ya que este deporte fue parte de su formación como atleta representando a la selección sub-12 del Reino Unido.
Con tan solo ocho años, Awiti tuvo su primer acercamiento al judo gracias a su hermano, quien era un deportista de alto rendimiento y encaminó una discusión con la menor de la familia, retándose entre ambos por descubrir cuál de las dos disciplinas era la mejor.
A raíz de esto, Prisca compaginó la gimnasia con el judo demandando una alta exigencia; por lo que en su camino tuvo que elegir a uno de ellos; se decantó por el secundario y al que le entregaría su vida entera.
Prisca Awiti, el llamado que cambió su destino
No obstante, no todo fue color de rosas, ya que su trayecto estuvo plagado de obstáculos en los que orillaron a Awiti a renunciar, desde lesiones que la alejaron por más de un año hasta la intensa competencia en Reino Unido.
“Estaba a punto de dejar el judo. Estuve fuera seis meses por una lesión y previamente había sufrido una lesión en la cabeza, que me tuvo fuera otros ocho meses. No iba bien, no estaba en el centro nacional”, explicó Awiti en una entrevista para Judo Inside.
“Mi categoría de peso era muy competida en el Reino Unido, estaba muy estresada, cerca de abandonar. Entonces mi entrenador me preguntó que si podría lograr el pasaporte mexicano”, contó en 2020.
Postales para la historia del #judo mexicano 🇲🇽
¡A disfrutar de esta medalla de #plata!
Felicidades, @AwitiAlcaraz 💚🤍❤️#JuegosOlímpicos #Paris2024 I @COM_Mexico pic.twitter.com/Jevrw4hDsI
— Los Juegos Olímpicos (@juegosolimpicos) July 30, 2024
Fue entonces que Awiti terminó siendo adoptada con los brazos abiertos por el país al que llevó a un podio histórico en la categoría de -63 kg.
Prisca llamó entonces a la Federación Mexicana de Judo e hizo los trámites en tres meses. La adaptación no fue un camino de rosas.
“Mi español no era demasiado bueno y tuve la barrera de la lengua, era muy frustrante, sobre todo con mi entrenador”, sostuvo.
Desde 2017, cuando contaba con 21 años, comenzó a portar internacionalmente los colores mexicanos, los cuales ha portado con orgullo en dos procesos olímpicos: Tokio 2020 y París 2024.
Esta nota fue complementada con información de EFE.