Más de 20 mil aficionados congregados en el Estadio Juan Carmelo Zerillo, popularmente conocido como El Bosque, fueron testigos de una tarde de sol y sombra en la vida de Diego Armando Maradona.
Previo a que saltara a la cancha para dirigir al club de Gimnasia y Esgrima La Plata en el duelo que sostendría frente al Central Cordoba, el “Pelusa” recibió la inesperada visita de Mauricio Pochetino, ex técnico del Tottenham Hotspur, equipo que milita en la Premier League.
Posteriormente, al ingresar al terreno de juego, Diego lo hizo acompañado y de la mano de su nieto Benjamín, quien nació de la unión entre su hija Gianinna y el delantero del Manchester City, Sergio “Kun” Agüero.
Una vez iniciado el partido. Maradona comenzó a sufrir, primero por observar a su equipo abajo en el marcador. Luego su rostro se llenó de alegría por verlo conseguir la igualada en la parte complementaria, pero segundos después ocurrió que al hacer una rabieta porque uno de sus jugadores falló una clara oportunidad de anotar, el célebre técnico de 59 años de edad trastabilló hacia atrás y el peso de su cuerpo lo hizo perder el equilibrio, de tal suerte que su cabeza rebotó de lleno entre el césped y el borde del escalón que conduce hacia la banca.
De inmediato los auxiliares de Diego se acercaron a levantarlo y por fortuna la acción sólo quedó en un susto del que el propio estratega logró recuperarse al caer el segundo gol con el cual el “Lobo” derrotó a su rival en turno y de paso cortó una racha de ocho meses sin ganar en El Bosque.