El halo de figura que ostenta al ser el futbolista mejor pagado de México a sus 36 años, les despierta el interés a algunos aficionados de acercarse al francés André-Pierre Gignac, quien de acuerdo al estado de ánimo con el que se levante en ciertas ocasiones los atiende y en otras simplemente ni una mirada les dirige.
- LEER MÁS SOBRE: Pumas elige a Rafael Puente como técnico sólo para salir al paso
- LEER MÁS SOBRE: Dani Alves y Pumas; crónica de un rotundo fracaso
- LEER MÁS SOBRE: Oswaldo Sánchez es señalado por tratar de amañar un resultado
Recientemente, el delantero de los Tigres protagonizó un penoso incidente con uno de sus seguidores quien tuvo la osadía de insistentemente pedirle que se dejara tomar una fotografía cuando se encontró al futbolista vacacionando en Mazatlán, Sinaloa.
Mediante un video que circula en redes sociales, se aprecia como el futbolista galo encara al seguidor y rotundamente lo manda al diablo, pues simplemente no se le dio la gana de posar unos segundos para cumplirle el deseo de tener un recuerdo suyo, pero si tuvo el tiempo suficiente para gritarle y prácticamente encararlo al punto de que otras personas tuvieron que intervenir para que la situación no se saliera más del control.
GIGNAC SE MOLESTA CON AFICIONADO POR NO ESPERAR SU TURNO PARA TOMARSE UNA FOTO
El delantero de Tigres explotó vs un aficionado que pedía trato preferencial para tomarse una foto con él, el francés se encontraba de vacaciones en Mazatlán apoyando a su hijo en un torneo de fútbol. pic.twitter.com/231ZImGJwN
— :.:.:.:FAFHOO:.:.:.: (@Fafhoo) November 16, 2022
Si bien es cierto que Gignac tiene todo el derecho de tomarse un respiro como todo ser humano, su descortesía hasta con los propios medios de comunicación ha sido una constante desde que llegó a México y cuando se le ve teniendo interacción con los fans de Tigres es porque su propia directiva lo inmiscuye en la labor social que suele realizar el equipo en Monterrey.
Nadie puede negar que André-Pierre es el goleador de todos los tiempos para los Tigres, pero alguién de su directiva debería de haberle dicho desde el primer día en que llegó a México que en el balompié azteca los clubes se deben a sus aficionados y lo menos que los jugadores pueden hacer es tratar de ser empáticos con ellos, pero sobre todo educados y no leperos.