El mundo deportivo se quedó estupefacto cuando hace unos días se reportó desde España que la policía había arrestado a Josep María Bartomeu, ex presidente del FC Barcelona. La caída de este club que en el 2015 estaba celebrando en Berlín la victoria contra la Juventus, en la final de la Champions League, es digna de ser escrita por Sófocles, Dostoevsky o el mismo Shakespeare.
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Esta tragedia griega de múltiples actos es la historia de un puñado hombres liderados por Bartomeu que se dejaron llevar por la ambición, la corrupción y una incesante necesidad de siempre querer más. Edipo Rey fue castigado por querer evadir las cuerdas del destino y los dirigentes del equipo catalán tendrán que pagar por haber caído ante la tentación de la Caja de Pandora.
La novela comenzó hace unos cuantos años cuando se presume que los directivos del club contrataron una empresa digital llamada: I3 Ventures. Según el programa televisivo, Què T’hi Jugues de Cadena Ser, el haber contratado estos servicios digitales tenía un sólo propósito: atacar vehemente a través de redes sociales a todo aquel dentro del club que se atreviera a cuestionar las decisiones del Rey Lear (o sea, Bartomeu).
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— FC Barcelona (@FCBarcelona) March 1, 2021
La campaña negra emprendida desde la cúspide de la institución fue detrás de jugadores como Messi, Piqué, Puyol y ex presidentes del equipo como: Joan Laporta.
En febrero del año pasado cuando salieron estas alegaciones a la luz, tanto Bartomeu como sus aliados negaron tener cualquier tipo de relación con las acusaciones, pero conforme las evidencias comenzaron a ser presentadas, se vieron obligados a reconocer su participación en lo que sería bautizado como el Barcagate.
El medio deportivo Marca Barcelona, plantea que el desarrollo de la investigación fue lo que llevó al arresto de Bartomeu, Jaume Masferrer (ex asesor de Bartomeu), Óscar Grau, CEO del Barca y Román Gómez Punti, responsable de los servicios jurídicos del club.
Según los reportajes presentados por Cadena Ser, el pacto con I3 Ventures es solamente la punta del iceberg. El verdadero crimen y la razón por la cuál se arrestó a los involucrados es porque se estipula que el Barcelona pagó un millón de euros por realizar el trabajo de monitoreo en redes sociales cuando en realidad solamente vale 200 mil euros según los precios del mercado.
Bajo este contexto, la policía catalana está investigando el crimen de corrupción y de desviación de fondos. El 2 de marzo, la jueza, Alejandra Gil, decidió no imputar a Bartomeu y dejarlo salir a él y a Masferrer en libertad provisional después de haber pasado la noche en las dependencias policiales de Les Corts.
Todavía no se sabe cuál será el resultado final de la averiguación judicial que sigue en marcha, pero sea cuál sea la sentencia final, este escándalo es una mancha imborrable para una institución de la envergadura del Barcelona que hace unos cuantos años se jactaba de ser el ejemplo a seguir en el fútbol internacional.