Si bien es cierto que, en la construcción del Estadio Ras Abu Abud —también conocido como el Estadio 974—, se invirtieron cerca de 200 millones de dólares con el objetivo de que funja como sede de seis partidos en la Copa del Mundo Qatar 2022, existe la posibilidad de que una vez concluido el evento futbolístico pueda ser desmontado para trasladarse a otro país.
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El inmueble inaugurado oficialmente el 30 de noviembre con el partido entre Emiratos Árabes Unidos y Siria, tiene capacidad para albergar 40 mil aficionados, pero su peculiaridad radica en que fue construido a partir de contenedores marítimos de tal manera que puedan reutilizarse.
En una entrevista concedida a la revista AD, el británico Mark Fenwick, responsable de la firma española Fenwick Iribarren Architects (FIA), encargada del proyecto arquitectónico, señaló que previo al arranque de la construcción se planteó que pudiera ser una obra desmontable.
“La idea de este estadio es desmontarlo y transportarlo a otros sitios del mundo. En este caso hay que esperar al último día de la Copa para comenzar a guardarlo y ver qué sigue. Podría ir al siguiente mundial o empaquetarlo en 20 pequeños edificios”, expresó.
Nació como un sueño, hoy es una realidad: bienvenidos al #Estadio974 ?️#Qatar2022 pic.twitter.com/vajaI8295b
— Road to 2022 Español (@roadto2022es) November 20, 2021
De acuerdo con el Fenwick su proyecto surgió de una caja de LEGO y luego de ver el abandono en que cayeron otras sedes mundialistas.
“Tenía este proyecto en un solar a un lado del agua: ¡contenedores! Me fui a comprar una caja de LEGO y comenzamos a jugar. Poco antes había hecho un viaje a Sudáfrica y vi los estadios abandonados, entonces, me quedó esta idea de ‘esto no puede ser’. Ver ese desgaste de dinero en algo que solo sirvió para un mes me da mucha pena”, subrayó.