Un día como hoy (16 de julio de 1950) quedó marcado para siempre en la historia como “El Maracanazo” cuando contra todo pronóstico, Uruguay se impuso a Brasil por 2-1 en la final de la Copa Mundial gracias a un gol de Alcides Ghiggia que le dio la segunda copa a la Celeste.
Ante una asistencia oficial de 174,000, pero que se dice que fue mayor de 200,000 hinchas -casi todos brasileños-, el once uruguayo le aguó la fiesta a los locales que quedaron frustrados en en el estadio Maracaná que había sido inaugurado un mes antes para el certamen.
Brasil llegó como gran favorito para el último encuentro del cuadrangular final luego de imponerse por goleadas sobre Suecia (7-1) y España (6-1), y el escenario quedó listo para una fiesta brasileña.
Con sólo un empate, hubiesen levantado la prestigiosa copa y parecía que se cumpliría el destino cuando Friaça abrió el marcador al comienzo del segundo tiempo.
Pero los uruguayos se rebelaron con un gol de Juan Alberto Schiaffino al minuto 66 y luego Alcides Ghiggia completó la remontada con su mítico gol del “Maracanazo” a sólo 11 minutos de la final.
Ghiggia disparó al palo derecho que cubría el portero Barbosa, pero el balón le pasó por debajo del cuerpo y cuando quedó al fondo de la red, los espectadores quedaron mudos y así quedó sellado el campeonato para los celestes.
Ghiggia: “La confianza mata al hombre”
Ghiggia, quien curiosamente murió el mismo día del 65to. aniversario del “Maracanazo” en 2015, un año antes durante una actividad promocional en Río de Janeiro como motivo a celebración de la Copa Mundial 2014 indicó que “Brasil estaba muy confiada y por eso perdió”.
“La confianza mata al hombre”, dijo Ghiggia, quien en ese momento era el único jugador vivo de todos los que participaron en el “Maracanazo”. “Cuando recuerdo aquel gol recuerdo la alegría que sentí por mi país”.
En una entrevista concedida al periódico Al Día en junio de 2014, Ghiggia relató su mítica anotación señalando que “son segundos en los que uno tiene que decidir y decidí tirar. Por suerte la pelota justo entró entre Barbosa y el poste izquierdo y ahí hicimos el segundo gol”.
Ese gol torturó a todos los brasileños por el resto de sus vida, especialmente a Barbosa, No importaron los títulos conseguidos por el arquero con el Vasco de Gama o sus grandes actuaciones con la selección en otros torneos importantes.
“La máxima pena para un crimen en Brasil es de 30 años. Yo pago por aquél gol hace 50”, lamentó Barbosa un año antes de su muerte por una hemorragia cerebral el 7 de abril de 2000.
El maldito ‘color blanco’
Como dato curioso, la victoria uruguaya tuvo repercusiones hasta en el color del jersey brasileño de la selección que desde sus orígenes en 1914 había sido blanca.
El doloroso revés llevó a las autoridades del fútbol a retirar para siempre ese color al considerarlo “maldito” y se convocó un concurso para elegir un nuevo diseño que incluyera los colores de la bandera: amarillo, verde, azul y blanco.
El ganador entre 301 participantes en el 1953 fue Aldyr García Schlee, un diseñador y caricaturista que en aquel entonces tenía 19 años. Su camiseta “verde-amarelha” con el pantalón azul cambió el destino para el once patrio que ganó los Mundiales de 1958, 1962, 1970, 1994 y 2002) y desde entonces se conoce como la “Canarinha”.
Sin embargo, hoy día el mundo futbolístico todavía recuerda la Copa del Mundo que se les escapó debido al “Maracanazo”.