El boxeo vuelve a estar de luto.
A nueve días de la trágica muerte del ex campeón mundial Pernell Whitaker, el deporte de la arte fistiana recibió otro golpe el martes cuando el ruso Maxim Dadashev, de 28 años, murió como resultado de las lesiones cerebrales sufridas en la pelea que perdió por nocaut ténico en el 11mo. asalto ante el puertorriqueño Subriel Matías el pasado viernes en el MGM National Harbor, en Oxon Hill, Maryland.
Renato Bermudez sobre la muerte de Máxim Dadashev
Donatas Janusevicius, entrenador de Dadashev y quien estuvo con púgil en el Centro Hospitalario Prince George’s de la Universidad de Maryland desde que fue trasladado luego de la pelea, y el también entrenador Buddy McGirt, confirmaron la muerte del púgil del peso welter junior, al igual que la compañía promotora Top Rank.
“Maxim era un joven magnífico. Todos estamos tristes y afectados por su inesperada muerte”, dijo el promotor Bob Arum en declaraciones escritas.
Janusevicius y McGirt reconocieron que siempre existe el peligro en el boxeo, pero sostuvieron que Dadashev no había mostrado nada anormal durante los entrenamientos para el combate contra Matias.
Dadashev se enfrentó a Matías (14-0, 14 nocauts), de 27 años, en un duelo eliminatorio del título mundial welter junior por el derecho a convertirse en el retador obligatorio para el cinturón de Josh Taylor.
La pelea fue agotadora y Matías dominó. Conectó numerosos golpes poderosos a la cabeza y al cuerpo. Estaba adelante en las tarjetas de los jueces por 109-100, 108-101 y 107-102 después del 11mo asalto, cuando McGirt detuvo la pelea con Dadashev en el banquillo en una escena dramática.
Después del asalto, McGirt le dijo a Dadashev en voz alta: “Voy a detenerla, Max. Max, te están golpeando demasiado”.
Dadashev hizo un gesto con la cabeza para indicar que no quería que el combate se detuviera, pero McGirt continuó: “Por favor, Max, por favor. Déjame hacer esto. ¿De acuerdo? De acuerdo? Mírame. Por favor”.
Dadashev volvió a negarse con la cabeza y McGirt dijo: “Si no lo hago, el árbitro lo hará. Vamos, Max. Por favor”.
McGirt no esperó otra señal de Dadashev. “Eso es todo, doctor”, le dijo al médico en ringside. Luego se dirigió al árbitro Kenny Chevalier: “Eso es todo”.
McGirt dijo que primero pensó en tirar la toalla en el noveno asalto, pero sabía que tenía que detenerla después del 11mo.
Juan Orengo, promotor de Matías, indicó al diario puertorriqueño Primera Hora que el martes recibió una llamada donde le informaron de la muerte de Dadashev.
“El boxeo es un deporte fuerte, pero estoy afectado. Me da pena porque uno no va para eso. Fue una pelea fuerte, pero la mayoría de los golpes fueron al cuerpo. Me di cuenta de que el boxeador no quería salir en el décimo asalto. Las señales que dio fueron que no podía seguir peleando. Estaba ido”, sostuvo Orengo.
Matías, por su parte, habló con el diario el lunes antes de conocer sobre la muerte de su rival.
“Nadie se prepara para eso. Me preparé para la victoria, no para hacerle daño. Es algo que le puede suceder a cualquiera. En cualquier momento me puede pasar a mí”, dijo Matías.
Dadashev (13-1, 11 KOs), casado y padre de un hijo, que era de San Petersburgo, Rusia, y tenía su base en Oxnard, California, necesitó ayuda para abandonar el ring.
Se desplomó antes de llegar al vestuario y comenzó a vomitar. Fue sacado de la arena en una camilla y luego fue trasladado en ambulancia al hospital, donde fue sometido a una cirugía cerebral de emergencia durante dos horas por un hematoma subdural (sangrado en el cerebro).
Con la cirugía, los médicos esperaban aliviar la presión en el lado derecho de su cerebro, donde estaba la mayor parte del daño, y lo llevaron a un coma inducido para permitir que la inflamación del cerebro disminuyera, pero sin que al final pudiese superar la gravedad de la lesión que sufrió.
Dadashev, que comenzó a boxear a los 10 años, tuvo una destacada carrera amateur en la que logró marca de 281-20 y fue medallista de plata en los Campeonatos del Mundo Junior en 2008.
(Esta nota fue complementado con información de la Agencia Efe)