Un aficionado en el LoanDepot Park de Miami cambió su vida el pasado 19 de septiembre al atrapar la histórica pelota del jonrón número 50 de Shohei Ohtani.
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El jugador japonés de los Dodgers no solo consolidó su lugar en la élite del béisbol con ese cuadrangular, sino que también se convirtió en el primer jugador en la historia de la MLB en alcanzar la marca de 50 jonrones y 50 bases robadas en una temporada. Este hito fue el centro de atención, pero la historia de la noche tomó un giro inesperado cuando el aficionado se negó a devolver la preciada bola al equipo.

La pelota, que ahora pertenece a este afortunado espectador, tiene un valor incalculable en el mundo del coleccionismo deportivo. Algunos antecedentes recientes dan una idea del precio que podría alcanzar en una subasta. En 2022, la bola del jonrón 62 de Aaron Judge se vendió por 1,5 millones de dólares, mientras que el récord de Mark McGwire, con su jonrón 70 en 1998, alcanzó la suma de 3 millones de dólares. Incluso la pelota del jonrón 700 de Albert Pujols fue subastada por 360.000 dólares en el mismo año.
A pesar de recibir ofertas del equipo para intercambiar la bola por objetos autografiados y experiencias exclusivas con Ohtani, el aficionado optó por llevársela a casa. Esta decisión lo diferencia de otros fanáticos, como la mujer que atrapó la primera pelota de jonrón de Ohtani en abril de 2024, quien accedió a un acuerdo con el club a cambio de varios recuerdos firmados y la posibilidad de conocer al jugador.
LA OTHANIMANÍA HA COMENZADO 🔥
Locura total por luchar por la bola del HR 50 de Shohei Ohtani👋🏼
El aficionado que la ganó, se la llevó a casa 🤯
No quiso negociar aún con la MLB ⚾️#TeDaMásEmociones pic.twitter.com/ggNPMWOeFo
— La Octava Sports (@laoctavasports) September 20, 2024
Este momento no solo quedará en los libros de historia por el logro de Ohtani, sino también por el inesperado giro de los acontecimientos. La decisión de no devolver la bola podría convertir al aficionado en millonario si decide venderla, lo que le añade una capa más a la legendaria actuación del jugador japonés en Miami.