FORT MYERS, Florida.- Eddie Rosario ya está listo para tomar las cosas donde las dejó en la pasada campaña como uno de los líderes de la llamada “Bomba Squad” de los Minnesota Twins.
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El 2019 fue una temporada inolvidable para el jardinero puertorriqueño luego que estableció marcas personales en casi todos los renglones ofensivos, y durante los entrenamientos primaverales puede observarse el entusiasmo y, a su vez, la seriedad con la cual toma su preparación para la nueva temporada.
Cuando se acomoda en la jaula de bateo, “Rosy” -como le llaman sus compañeros- aprovecha los lanzamientos para afinar su “swing” con cada líneazo que sale de su bate y durante las prácticas de fildeo atrapa cada roletazo en busca de perfeccionar los fundamentos y reflejos.
Tiene que ser así ya que las expectativas de Rosario son muy altas para el 2020.
Es natural que quiere construir sobre los mejores números de su carrera en jonrones (32), empujadas (109), y anotadas (91), junto a un promedio de .276, 155 hits, 28 dobles y un slugging de .500, pero su meta principal es ayudar a los Twins a conquistar su primer título de Serie Mundial desde el 1991.
“La expectativa es simple: queremos ganar la Serie Mundial y seguir luciendo como lo hicimos el año pasado y tratar de mejorar los números. Tenemos que hacer lo mismo o mejor, por estoy ansioso que llegue el inicio de temporada para ver si llegamos a la Serie Mundial”, indicó Rosario, quien apenas tenía un mes de nacido cuando Minnesota ganó su segundo Clásico de Otoño al derrotar en siete juegos a los Atlanta Braves.
“Este equipo lo veo muy bien y está bien respaldado en todas las áreas. Creo que las firmas que se hicieron con (Josh) Donaldson y en el pitcheo fueron claves para completar el equipo. El equipo sabe muy bien lo que puede hacer, es sólo cuestión de tener los jugadores listos y saludables”, agregó.
El jardinero, natural de Guayama, Puerto Rico, y el resto de la “Bomba Squad” tuvieron una gran temporada en el 2019 al conquistar el título de la División Central de la Liga Americana con 101 y establecieron una marca histórica con 307 bambinazos, pero fueron barridos por los New York Yankees en la Serie Divisional.
“El béisbol es así. Se sabía que la ofensiva que atacara primero se llevaría la victoria y ellos atacaron primero y jugaron un buen béisbol”, señaló Rosario. “Muchos de nuestros peloteros jugaron lesionados sin que se dijera nada. Algunos llevaban semanas sin jugar para poder hacerlo en los playoffs, tratamos, pero esto nos sirve de experiencia. Este equipo es joven y vamos a volver de nuevo (a los playoffs)”.
Para Rosario es borrón y cuenta nueva. Hora de trabajar en busca de nuevos retos y metas cuando se escuche el grito de “Play Ball” de manera oficial el próximo 26 de marzo cuando los 30 equipos se lancen al diamante.
Durante los entrenamientos primaverales el boricua ha puesto mucho enfásis en el trabajo defensivo, una área que el boricua reconoció que bajó su rendimiento en gran medida por una torcedura de tobillo que sufrió en junio que le afectó durate el resto de la temporada.
“El año pasado cuando me lesioné bajé un poco la guardia. Es cuestión de tratar de estar saludable porque tengo las herramientas y el talento. Es solo conseguir que todo encajé”, explicó Rosario, quien cometió cinco errores.
“Me pude recuperar bastante bien durante la temporada muerta, pero todavía lo siento un poco, no es nada grave como para preocuparse. Estoy trabajando bien para estar saludable todo el año y estoy casi listo para empezar”, añadió.
Ahora sí, tiene una espina en el costado que le encantaría quitarse: asistir a su primer Juego de Estrellas. Por segundo año consecutivo el puertorriqueño, a pesar de tener números extraordinarios en la primera mitad –20 bambinazos y 60 remolcadas– no fue seleccionado.
“Lo que tengo que hacer es pegar 30 jonrones y tener 100 impulsadas a lo (Juan) “Igor González”, dijo Rosario con sarcasmo al recordar la campaña del 1998 cuando el extoletero puertorriqueño de los Texas Rangers llegó al receso con 101 remolcadas. “No sé que más hacer para que ellos vean, pero eso no está en mi control”.
“Los números han estado ahí. Yo sé que debí estar, pero son cosas de las cuales no tengo la decisión ni el control. Seguiré trabajando igual, demostrado que soy un gran pelotero y que puede dar mucho de qué hablar en este juego”, agregó.
También hay otro incentivo importante para Rosario. El jardinero evitó este año el proceso de arbitraje al acordar un contrato de $7.75 millones, pero otra temporada con grandes números podría allanar el camino hacia el ofrecimiento de una extensión de contrato, algo que no ha sucedido a pesar que otros jugadores han acordado contratos multianuales.
“No me preocupa para nada. Hay que solamente esperar el momento indicado para que eso suceda”, explicó el jardinero que puede convertirse en agente libre después de la campaña del 2021. “Estamos concentrándonos año por año por ahora. Lo que me queda es seguir haciendo buenos números para seguir teniendo buenos arbitrajes”.