Este artículo se publicó originalmente en febrero de 2022 como parte de un proyecto para celebrar el legado y valiosa aportación de los deportistas afro latinos con motivo del Mes de la Historia Afroamericana. Hoy, lo volvemos a publicar siguiendo el mismo propósito.
El baloncesto de la NBA parece un mundo exótico y exclusivo al que solo llegan los “elegidos”, pero en Panamá nació uno de los mejores jugadores latinoamericanos que ha visto acción en las canchas: Rolando Blackman.
El exmiembro de los Dallas Mavericks y los New York Knicks en la NBA bajó el telón de su carrera compitiendo en Ligas europeas de alto vuelo como la Griega, la Italiana y la Francesa, pero su mayor impacto fue en el mejor baloncesto del mundo.
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Después de haber sido seleccionado dos veces All-American en la NCAA en Kansas State University, Blackman, quien nació en Ciudad de Panamá y se crió en Brooklyn, Nueva York, comenzó su carrera profesional luego de ser seleccionado en la primera ronda en el noveno puesto por los Dallas Mavericks.
En poco tiempo, Blackman junto al delantero Mark Aguirre se convirtieron en uno de los tándems más dinámicos de la NBA de la década de 1980.
Ofensivamente, el panameño era un anotador talentoso capaz de ser efectivo desde larga y corta distancia lo que le valió cuatro invitaciones a Juego de Estrellas (1985, 1986, 1987 y 1990), pero sobre todo reconocido por su habilidad para terminar en medio del tránsito.
En 11 temporadas con los Mavericks, “Ro” y los “Mavs” alcanzaron los playoffs en seis ocasiones, llegando a las Finales de la Conferencia Oeste en 1988 contra los “Showtime” Los Angeles Lakers. En esa serie, los Mavericks aparecieron en su primera final de conferencia en la historia de la franquicia y llevaron al límite a los campeones defensores obligándolos al máximo de siete partidos.
Después de perder en las Finales de la Conferencia Oeste en 1988, Blackman jugó seis años más en la NBA -cuatro más en Dallas y las dos últimas con los Knicks.
Con los Knicks, Blackman ya no era el mismo tipo de anotador que era para Dallas, pero seguía siendo un miembro muy confiable y efectivo de la rotación de Nueva York. “Ro” apareció en 15 juegos de playoffs para los Knicks en 1993, el año en que Nueva York perdió en seis juegos ante los Chicago Bulls liderados por Michael Jordan.
En 1994, Blackman jugó 55 partidos de temporada regular y seis juegos de playoff durante el avance a las Finales de los Knicks, que cayeron derrotados por Hakeem Olajuwan y los Houston Rockets, en lo que fue su última temporada.
El panameño se despidió de la NBA con un promedio de por vida de 18 puntos, 3.3 rebotes y tres asistencias, además de un 49% de efectividad en tiros de campo, 84% en tiros libres y 34% en triples en sus 13 temporadas.
En 11 campañas con Dallas promedió 19.2 puntos, incluyendo tres con una media de sobre 20 puntos, y aún es el segundo mejor anotador en la historia de la franquicia con 16.643 tantos, sólo superado por el alemán Dirk Nowitzki (31,560).
Sin embargo, el baloncesto no se detuvo ahí. Rolando quiso ser recordado como campeón.
En la temporada 1994-95 jugó para el AEK Atenas en Grecia y el próximo año pasó a Italia como miembro del Olimpia Milano con los cuales se convirtió en campeón de la Liga Italiana y de la Copa Italia en el 1996 antes de terminar su carrera en Francia con el CSP Limoges.
En el 2000, Blackman regresó al baloncesto con los Mavericks como asistente del coach Don Nelson y ese mismo año su número 22 fue retirado por la franquicia, convirtiéndose así en el primer basquetbolista latinoamericano en recibir ese honor en la NBA.