A los 53 años, Mike Tyson, uno de los referentes históricos del boxeo en general y además dueño de una historia de vida llena de altibajos y digna de película, nos dejó ver en un recientemente publicado vídeo que su proceso de reinventarse no solo ha dado frutos en lo económico sino que también le ha permitido mantenerse físicamente a un nivel admirable, más para su edad.
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Las reacciones no se hicieron esperar y empezaron las polémicas sobre si regresar sería una opción real. Días después, uno de los grandes y recordados rivales de Tyson en su carrera, Evander Holyfield, también mostró su vídeo y dejó claro que con 57 años, aún está dispuesto a pelear.
La marca Tyson, los recuerdos de aquel que parecía invencible y que en lo personal pasó muchos desiertos siempre para volverse a levantar como guerrero, siempre serán apetecidos por la audiencia del deporte.
Justo cuando debatíamos qué sería lo mejor, si una pelea oficial o de exhibición, llegó una nueva opción que nos tiene entre pensativos, preocupados y entusiasmados.
Bare Knuckle Fighting le estaría ofreciendo 20 millones de dólares por pelear a puño limpio, como lo dice el nombre de la organización.
Suenan diferentes rivales e inmediatamente se escucharon opiniones a favor y en contra. Si pelear a los 53 de por si significa un riesgo, mucho más a puño limpio.
De concretarse la oferta, no me cabe duda que se venderá y muchísimo y que quizás le dará a Bare Knuckle el salto de popularidad y ventas que necesita.
Para Tyson el gran beneficio sería lo económico y muy poco más, pero tendría que poner en la balanza lo perjudicial que puede ser para su salud.
Si le dan la licencia en cualquier estado y se toman las precauciones médicas, Tyson debe volver a deleitarnos con sus puños y además ratificar su envidiable estado físico pese a los 53 años intensamente vividos.
Eso si, esta vez sería sin guantes.