El excampeón mundial de los pesos completos Andy Ruiz tendrá un nuevo entrenador en la esquina cuando regrese al cuadrilátero en algún momento de este año.
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El mexicano Manny Robles, quien ayudó a Ruiz a conquistar las coronas mundiales de la Asociación Mundial de Boxeo, la Federación Internacional de Boxeo y la Organización Mundial de Boxeo el pasado junio, se le informó recientemente que el púgil mexicano decidió hacer un cambio de entrenador.
Es increíble como pueden cambiar las cosas en un lapso de siete meses.
El pasado junio Ruiz logró una de las mayores sorpresas del boxeo al noquear al entonces campeón mundial Anthony Joshua en siete asaltos en Nueva York, pero la historia fue muy distinta en la revancha el pasado diciembre cuando el mexicano llegó en sobrepeso y fuera de condición, y cedió los cinturones.
Luego del combate, Ruiz pidió disculpas públicas a Robles por su pobre preparación y no hacer caso a los llamados a volver al gimnasio, pero no hubo vuelta atrás, según el entrenador, que se sospechaba que sus días estaban contados.
En una entrevista para ESPN, Robles aseguró que “lo veía venir durante el campamento”.
“Andy estaba haciendo lo que quería. El padre, obviamente como su manjeador, simplemente no tenía control sobre su hijo. Ninguno de nosotros tenía control sobre él”, dijo Robles.
“Así que lo veía venir, no iba a funcionar porque no estaba escuchando. No me está escuchando. No está escuchando a su padre. No está escuchando a nadie. Él mismo lo dijo después de la conferencia de prensa [en Arabia Saudita]. Se disculpó conmigo, con el papá, porque la cag… Así que pensé: ‘Está bien, es solo cuestión de tiempo de que reciba la llamada’…”.
Robles indicó que el papá de Ruiz le dijo que el actual consejero del exmonarca Al Haymon fue quién decidió que era necesario hacer el cambio.
“Aparentemente les dijeron que no querían que se repitiera lo mismo”, explicó Robles. “Es lo que es. No sé qué decirte. No es la primera vez que me pasa. Estoy seguro de que no es la primera vez que le pasa a otros entrenadores. Sucede una y otra vez. Nosotros siempre terminan obteniendo el extremo corto del palo. Pero es lo que es. Sigues hacia adelante”.
La realidad es que así es el boxeo.
En el béisbol cuando el equipo atraviesa por un mal momento o no está cumpliendo con las expectativas, es el manager el que paga los platos rotos y en el boxeo es igual.
Si Robles afirma que Ruiz no le estaba haciendo caso a su padre ni a él camino a la revancha ante Joshua, pues que podía asegurar que la situación iba a mejorar. No hay dudas que el Ruiz de la primera pelea con Joshua no era el mismo del segundo combate.
El primero tenía hambre y deseos de triunfar para así saborear la vida de campeón mundial y la fama y las riquezas que trae consigo. El segundo no pudo sacudirse de la resaca, se olvidó momentáneamente de los contratiempos que vivió antes de cumplir su sueño, y se dio la buena vida.
Ahora le tocará al nuevo entrenador recoger los platos rotos e inyectarle nuevos bríos con miras a recuperar el enfoque y enderezar su carrera, si es que algo queda de ella.
Ruiz tiene que demostrar dentro del gimnasio que está dispuesto a trabajar y sudar para recuperar lo perdido. Y no me refiero sólo a los títulos mundiales sino más a su dignidad como boxeador luego de su deslucida actuación en Arabia Saudita.
Robles seguirá entrenando a otros púgiles y hasta futuros campeones mundiales, y estoy seguro que podrá dormir tranquilo sabiendo que hizo todo lo posible por preparar a Ruiz, quien en el pasado trabajó con entrenadores como Freddie Roach y Abel Sánchez, entre otros.
Ahora le toca al exmonarca mexicano tomar el próximo paso, encontrar a un entrenador que lo ayude a intentar recuperar la magia de aquella noche del 1ro. de junio en el Madison Square Garden.