Con apenas 15 de sus 162 partidos jugados y un récord de 5-10, no es momento para oprimir el botón de pánico en las Grandes Ligas, pero cuando se trata de los New York Yankees, pues la historia es muy distinta.
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Los Yankees, que todos los años parten como uno de los grandes favoritos a disputar la Serie Mundial, han tenido su peor inicio de campaña desde el 1997 y están en medio de una racha negativa de cinco reves al hilo.
No fue por mero aburrimiento que un grupo de fanáticos neoyorquinos decidieron el pasado viernes estirar el brazo al lanzar pelotas al terreno del Yankee Stadium mientras perdían contra sus nuevos “cucos” los Tampa Bay Rays.
La frustración está apoderándose de los seguidores de los Mulos por el pobre desempeño de la novena que ocupa el sótano en la División del Este de la Liga Americana. Y el hecho de que hayan sido barridos por los Rays -sus nuevos archienemigos en la división- tampoco ayuda.
Miren en estos datos: Los Yankees han perdido siete series consecutivas contra Tampa Bay, incluyendo la Serie Divisional del 2020, y han perdido 18 de sus últimos 23 enfrentamientos, incluyendo cinco de los primeros seis en el 2021, y todavía restan 13 encuentros. En la serie de tres juegos en el Bronx, lograron apenas 11 hits en total.
Sí es muy preocupante, pero todavía resta mucho de temporada. En el 1997 estuvieron en la misma posición bajo el mando de Joe Torre y terminaron con marca de 96-66 logrando el puesto de wild card antes de caer contra los Cleveland Indians en la Serie Divisional.
Brian Cashman, gerente general de los Yankees, no está listo para comenzar a realizar cambios apresurados debido al mal momento que pone en la silla caliente al dirigente Aaron Boone.
“Hemos tenido muchas tormentas a lo largo del camino, y el cambio no ocurre sin una gran cantidad de pensamiento y razón”, dijo Cashman el lunes en una llamada de Zoom con los medios de comunicación. “No vamos a precipitarnos. No veo una sacudida del roster de forma prematura. Y no veo que vayamos a perder la confianza hacia el cuerpo de entrenadores y tampoco con los jugadores”.
“Ese es el mensaje para nuestros jugadores: ‘Creemos en ti. Sabemos de lo que eres capaz. Esto es una mala racha y lo superaremos juntos“, agregó.
Las palabras de Cashman fueron un voto de confianza a Boone y el equipo completo, pero la realidad es que las cosas tienen que mejorar y de forma rápida ya que la división no luce como “pan comido” como en el pasado ya que los Rays siguen dando candela junto a los Toronto Blue Jays, y los Boston Red Sox están jugando inspirados en el regreso de Alex Cora como dirigente.
Desde antes de iniciar la temporada había ciertas dudas con el pitcheo ya que después de Gerrit Cole no había otro abridor con credenciales de ser un as y eso ha quedado demostrado en los primeros 15 encuentros.
Cole tiene marca de 2-1 y efectividad de 1.82, pero el resto de los abridores Corey Kluber (0-1, 6.10 ERA), Jordan Montgomery (1-1, 4.24), Domingo Germán (0-2, 9.00), James Tallison (0-1, 7.56) y Nick Nelson (0-1, 18.00) cuenta con récord combinado de 1-6 y un promedio de carreras limpias de 6.39.
La situación de pitcheo no ha sido peor porque el bullpen, con efectividad de 2.43 -tercero en las Grandes Ligas, se ha desempeñado muy bien.
Los Yankees esperan que el eventual regreso del relevista Zack Britton para el próximo mes y el dominicano Luis Severino a mediados de verano sean de ayuda, pero no se sorprendan que comiencen a buscar otras alternativas en el mercado de cambios aunque en esta etapa es muy difícil.
Las dudas con el cuerpo monticular se esperaba que no fueran tan marcadas debido al poder ofensivo de los Yankees, y ahí está la falla principal. Sin ofensiva no hay paraiso para Nueva York y eso está demostrado con un promedio colectivo de .210 que los coloca en la penúltima posición en la Liga Americana y sus 55 carreras producidos los tienen empatados en la última posición junto a los Detroit Tigres.
Los llamados “Bombarderos” no han hecho honor al apodo. Su mejor bateador es DJ LeMahieu con un promedio de .287, y cuando tomas en consideración que el año pasado fue el campeón de bateo en la Liga Americana con un robusto .364, podemos decir que también está en un bajón.
El resto de la alineación está apagado y los números de algunos son espantosos: Aaron Judge (.255, 4 HR, 8 RBIs) ha sido de lo mejorcito, pero no así Giancarlo Stanton (.176, 3 HR, 12 RBIs), Aaron Hicks (.160, 1 HR, 5 RBI), Clint Frazier (.167, 0 impulsadas), Gleyber Torres (.196, una empujada), Gary Sánchez (.237, 4 HR, 4 RBIs), Gio Urshela (.250, 1 HR, 6 RBIs) y Rougned Odor (.125, 1 HR, 3 RBIs).
LeMahieu reconoció que “estamos frustrados” luego de ser barridos por los Rays, que a pesar de perder a Blake Snell y Charlie Morton durante el invierno, siguen encontrando las manera de dominar a la ofensiva yankee con un cuerpo monticular remendado.
“Tienen un buen pitcheo (los Rays), pero siento que tenemos una alineación mejor de la que mostramos en esta serie y de lo que hemos demostrado hasta ahora este año. Nadie va a sentir lástima por nosotros; nadie va a lanzar más suave o hacerlo más fácil para nosotros. Tenemos que encontrarlo dentro de nosotros mismos el seguir mejorando y jugar de la manera de que somos capaces”, agregó.
El primera base Luke Voit, quien el año pasado tuvo un gran año, se espera que pueda volver al terreno en mayo y hasta Miguel Ándujar, quien ya está comenzando a batear en la sede alterna del equipo luego de sufrir una lesión en una mano, puede ser de ayuda.
Pero, en estos momentos, queda sobre los hombros de la ofensiva para afinar su bateo y así brindarle un muy necesitado apoyo al cuerpo monticular antes que se haga muy tarde. De no ser así, puede ser un año muy tedioso para los Yankees.