Cada vez se ve más cerca el momento en el que nos llegue una alerta al celular con el siguiente mensaje: “La FIFA aprueba una Copa del Mundo cada dos años”.
El cabildeo del rector máximo del fútbol empezó hace varios años y tiene como objetivo que el mundial del 2026 que se va a disputar en América del Norte sea el último por el cual tengamos que esperar cuatro años y muy probablemente van a conseguir que así sea.
Si el director de desarrollo de la FIFA nos viene con el cuento de que es lo mejor que le puede pasar al fútbol lo miraríamos con recelo. Sencillamente la FIFA es el equivalente al partido político más corrupto de cualquier país de Latinoamérica a los ojos del público. Si ese director es economista nos da exactamente lo mismo. El tema es que ese director y economista es uno de los entrenadores más idealizados en el fútbol: Arsène Wenger.
Wenger tiene más pinta de profesor universitario de filosofía que de entrenador multicampeón en Inglaterra. Con su liderazgo vimos al mejor Arsenal de todos los tiempos. La FIFA sabía de la necesidad de como el francés para que fuera la cara visible del movimiento de un mundial cada dos años.
Si lo dice Infantino, que por cierto, sí lo ha dicho, la desconfianza es entendible y la percepción de que lo hacen por dinero se va a adueñar de todos los aficionados. Si lo dice un entrenador respetado y con una clara tendencia de romántico del fútbol obliga a la gente a escucharlo y no darle un portazo instantáneo.
La lavada de imagen ya empezó. Lo que sabemos es que la FIFA quiere que esta iniciativa empiece el 2028 y que también las competencias continentales como Eurocopa, Copa América, Copa de Oro y otras también se realicen cada dos años y obviamente evadir el año mundialista, por ejemplo, que se realice en 2029. Para las fechas eliminatorias se utilizarían solo dos ventanas. Una en octubre y una en marzo. La propuesta es que sean menos partidos, pero más relevantes.
Hay confederaciones y federaciones que ya se pronunciaron en ambos sentidos. México a través del presidente de la Femexfut, Yon de Luisa, declaró que le parece una buena idea y que México está interesado en evaluar la propuesta y seguir con ella.
El problema para la FIFA es que la confederación más poderosa está en contra. La UEFA emitió un comunicado en donde mostró su inconformidad con esta iniciativa. La relación de su presidente, el esloveno Aleksander Ceferin con el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, no es la mejor. Para que se pueda llevar a cabo un mundial cada dos años la FIFA va a tener que trabajar muy duro para convencer al organismo europeo, por ahora están lejos de conseguirlo, pero no es algo imposible.
A nadie le gustan los cambios. A mí no me gusta ni siquiera tirar una camisa con hoyos y que claramente no voy a usar más, pero hay que hacerlo. Tener un gran evento futbolístico cada año les da miedo a los románticos del fútbol, pero es algo que, por lo menos, vale la pena escuchar.